Los 75 trabajadores que siguen en plantilla en Elaborados Metálicos Emesa piden a la autoridad laboral de la Xunta que agilice los trámites para ejecutar su despido colectivo, una vez que la venta de la unidad productiva de Coirós se frustró y los activos de la empresa serán liquidados por la administración concursal. La suspensión de empleo (ERTE) que les permitía cobrar el paro desde febrero finalizó el 7 de este mes, por lo que asumen que no tendrán ingresos a partir de esa fecha hasta ser despidos.

El representante de la plantilla, Alberte Muíño, explica que el ERE (expediente de regulación de empleo) “está firmado y presentado” desde hace dos semanas pero “la Administración es muy lenta”. El expediente de extinción de empleo requiere informes de la Inspección de Trabajo, el visto bueno de la Xunta y finalmente la aceptación del Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña, responsable del concurso de acreedores en el que esta histórica firma coruñesa del sector metalúrgico entró hace un año.

Entretanto, los 75 empleados están en un limbo. No pueden cobrar el paro y tampoco reciben un salario de la empresa, que está en situación de insolvencia. “Habrá que esperar a que se venda por lotes y se saque algo para que podamos cobrar”, comenta el presidente del comité. Los trabajadores tiene prioridad como acreedores a la hora de repartir el dinero que quede de la liquidación de la firma.

“Queríamos que el ERE estuviese listo para antes de Nochebuena, pero no pudo ser”, lamenta Muíño, quien señala por otra parte como un alivio tres nóminas pendientes que acaba de abonarles el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).