La tendencia ya iba a la baja en los últimos años, pero la pandemia ha supuesto un duro golpe. Las lonjas gallegas se dejaron el año pasado 57 millones de euros de facturación, un 2020 marcado por el COVID, los precios bajos en su época de mayor impacto y el mayor riesgo asumido por parte de un sector, el pesquero, que se consideró esencial para alimentar a la población español. Los 407 millones de euros en ventas son un 12,4% menos que el año anterior (464,8 millones) y suponen, además, la peor cifra desde hace 15 años. Y todo ello pese a que la cantidad de producto descargada fue de casi 150.000 toneladas, 8.500 menos que en 2019.

Según los datos provisionales de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, la facturación de las rulas de la comunidad llevaba sin bajar de los 450 millones de euros desde 2014 y salvo en 2019 lo habitual es que estuviese cerca de los 500 o incluso superándolos, como en el año récord de 2017.

A Coruña, la que más subastó

Las 65 lonjas de la comunidad sufrieron el cierre del marisqueo por parte del propio sector, que se quedó sin clientes por la clausura de la hostelería, o la caída de precios provocada por este cerrozajo. La lonja de A Coruña es la que más producto comercializó, con 30.970 toneladas, que se vendieron por 60,3 millones de euros. La mayor facturación se registró en Vigo, con 97 millones de euros (con media tonelada menos de pesca que A Coruña).