Zona donde irá el aerogeneardor número 22.

“Siendo Galicia una comunidad pionera en el aprovechamiento eléctrico de la energía eólica, sigue existiendo un gran vacío legal en materia ambiental en la que se amparan las empresas energéticas para llevar adelante sus proyectos y la administración competente en energía tendió a una interpretación tremendamente productivista”, se realiza un “discurso pseudoecologista” mientras la sociedad “no tiene canales para la participación en el desarrollo de las renovables, quedando relegados a un papel pasivo, de afectados, frente a un papel activo, de agresores y beneficiarios, de las empresas o administración, siendo algunos de los efectos de la inexistencia de una política sectorial global en relación a los asentamientos eólicos”. Estas frases son de tres magistrados del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que con una sentencia del pasado diciembre paralizaron el proyecto del parque eólico de la empresa Fergo Galicia en la Serra do Oribio, en la Zona Especial de Conservación (ZEC) Os Ancares-O Courel.

En las proximidades de este parque natural, sin embargo, ya está en trámite ambiental ante el Ministerio de Transición Ecológica otro proyecto eólico, de mayores dimensiones: 22 aerogeneradores de 5,5 megavatios de potencia, en total 121 MW, además de 53 kilómetros de líneas de alta tensión, viales, zanjas, un centro de transformación y una subestación transformadora. La sociedad Desarrollos Renovables Iberia Delta, propiedad de Statkraft, grupo del Estado de Noruega, es la promotora de este parque eólico que afecta a Galicia (concellos de O Barco y Vilamartín de Valdeorras, así como Petín, en Ourense) y a Castilla y León (Barjas, Oencia, Trabadelo y Vega de Valcarce en León). Y no será el último, porque en este mismo proyecto ya anuncian que tramitan otro denominado Prada, que compartirá evacuación eléctrica con éste de Barjas.

En la documentación ambiental presentada al ministerio este promotor destaca que la alternativa que ha elegido no tiene ningún impacto en la zona protegida de Os Ancares, en la ZEC y en la Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN), porque ni los aerogeneradores ni el tendido eléctrico ni ningún otro elemento queda dentro de este ámbito. Aseguran que el aerogenerador más próximo estará a 206,4 metros del parque protegido de Os Ancares (aunque no detallan cómo han medido la distancia), y las líneas de alta tensión pasarán a 831,28 metros de este espacio natural.

En el proyecto sí se admite que sus 22 aerogeneradores y 7,56 kilómetros del tendido eléctrico estarán dentro del área de los Planes de Conservación y Gestión del Lobo de Castilla y León y de Galicia.

Apuntan que 21,58 kilómetros de la línea de alta tensión “están proyectados en zona de protección de avifauna” y será necesario aplicar medidas para protegerla contra la colisión y la electrocución con “salvapájaros o señalizadores visuales”.

“No conocíamos este proyecto, pero debe ser ya el cuarto que se proyecta por esta zona. El Concello primero tiene que hablar con las comunidades de montes propietarias en esta zona y que este nuevo plan pase todos los trámites ambientales, antes de decidir. Veríamos si entra o no dentro del parque de Os Ancares”, explica Enrique Álvarez, el alcalde de Vilamartín de Valdeorras, uno de los concellos afectados por este proyecto noruego.

Verdegaia: “Estamos totalmente a favor de la energía eólica pero de manera racional, esto es un despropósito”

“La sentencia del Tribunal Superior ya dejó claro que la zona de Rede Natura no es un conjunto de espacios aislados y los animales se desplazan, no saben dónde están las fronteras. Nosotros no tenemos capacidad para presentar demandas contra todos, no tenemos gente, recurrimos a la justicia gratuita, pero apoyamos a los vecinos de las zonas afectadas para que se organicen y conozcan y lean estos proyectos para formular alegaciones. Montar una plataforma además lleva tiempo y no tiene entidad jurídica para presentar demandas y cuando te das cuenta ya pasó el tiempo de alegaciones. Este boom de proyectos eólicos es abrumador, es una estrategia”, destaca Nela Abella, una portavoz de Verdegaia, uno de los colectivos ecologistas (junto a Petón do Lobo, Adega, Sociedade Galega de Ornitoloxía y la Fundación Oso Pardo). “Desde Aldeas con Horizonte hicimos un manifiesto pidiendo una participación real de los vecinos. Tardan en darte la documentación, solo tras ir al Valedor. Es siempre una lucha para que cumplan la legislación. Tiene que haber transparencia de verdad. Y la primera interesada debía ser la Xunta, debería buscar una economía sostenible en estas zonas. Con lo de utilidad pública ya todo vale. Esta sentencia dice que no si solo es para lucro privado. Estamos totalmente a favor de la eólica, pero de manera racional, esto es un despropósito. El Plan Eólico de Galicia choca con la legislación ambiental”, añade Abella.

El Gobierno aprovecha el COVID para reducir plazos

Vecinos afectados por los proyectos eólicos y colectivos ecologistas hace tiempo que denuncian que los plazos en los trámites ambientales son cortos, no da tiempo a estudiar los proyectos, formular alegaciones. El Gobierno central en el Real Decreto Ley 36/2020 publicado el pasado 30 de diciembre, sobre medidas urgentes de modernización de la Administración y el plan de recuperación económica a causa del COVID, ha aprovechado para introducir una modificación que tendrá un importante impacto: reduce todos los plazos y simplifica trámites en la evaluación ambiental, e incluso excluye a determinados proyectos de tener que pasar por este trámite: las consultas pasan de tres a dos meses, el trámite de participación pública que era de quince meses pasa a nueve meses, etc.

En el proyecto de los noruegos junto a Os Ancares se asegura que en las envolventes de cinco y diez kilómetros de este parque eólico se encuentra un área importante de conservación de aves amenazadas pero precisan que no se encuentra ninguna especie (hay varias vulnerables y amenazadas y el águila real en peligro de extinción) dentro de la zona eólica.

Añaden que la línea de alta tensión además sobrevolará la zona protegida de las riberas del río Sil y afluentes.