El viejo y fatídico 2020 apuntaba maneras en Abanca “con el mejor arranque de año que habíamos tenido” , hasta que llegó la pandemia y se torció el rumbo, un escenario “complejo, difícil”. “Poniendo a prueba —admite su presidente, Juan Carlos Escotet— todas nuestras capacidades”. Además del teletrabajo inmediato para 4.700 empleados, la otra gran obsesión de la entidad, a la que el primer estado de alarma le pilló ese mismo fin de semana del 14 de marzo en plena integración informática de Banco Caixa Geral, fue “la calidad del riesgo y los activos y la solvencia”. Como el resto de colegas del sector, el primer banco de Galicia llenó la hucha para posibles impagos con una dotación de 273 millones de euros que deja la cobertura de dudosos en el 81,2% —por encima del 100% incluso en los segmentos de pymes y grandes empresas—, “la más alta del sistema”. Aún así y gracias a que la actividad comercial no se desinfló, Abanca salvó un beneficio de 160,1 millones de euros, un 61% menos que el ejercicio anterior.

“Presentamos un perfil financiero tremendamente sólido en este entorno de COVID-19”, destacó su consejero delegado, Francisco Botas, durante la presentación de los resultados ayer por videoconferencia. En el balance de Abanca quedaban a cierre de año 801 millones de euros con posibles problemas de pago tras un descenso del 22% por la venta de una cartera de 250 millones “de dudosos, que no fallidos”, puntualiza el número dos del grupo. “Una operación sencilla —continúa— aunque compleja por la situación actual”. La limpieza permite una nueva rebaja en plena crisis de la morosidad, que pasa del 2,9% al 2%, prácticamente la mitad que la tasa del sistema bancario español. Abanca subraya la importancia de tener su cuna en “un territorio con mayor resiliencia” al impacto de la pandemia en la actividad —“Los indicadores del cuarto trimestre y los primeros que conocemos de 2021 lo ratifican”, dice Botas, en referencia al aguante del PIB gallego—, aunque todas las provisiones “las hacemos en el entorno del país”.

Pese al contexto y a la asfixia de los bajos tipos heredada de la etapa precoronavirus, el margen de intereses aumentó casi un 12% (643 millones), con un alza de los ingresos por prestación de servicios del 14%, y el básico, que recoge la actividad puramente financiera, creció un 12,4%, hasta los 877 millones. “Mejora trimestre a trimestre, fruto del crecimiento orgánico y de las operaciones inorgánicas”, resalta el consejero delegado de Abanca, con una subida de los ingresos tres veces mayor a la de los gastos. Aunque los extraordinarios —el resultado de las operaciones financieras— arroja una suculenta subida del 94% (237,5 millones de euros), no hay ninguna operación “significativa” detrás. “La optimización de la cartera en los momentos mejores del año forma parte de nuestra estrategia”, indica Escotet.

Con cinco años de compras a la espalda —la última, Bankoa, en la que se acaba de completar la unificación de imagen—, el volumen de negocio de Abanca se acerca a los 100.000 millones de euros. La expansión “empieza a dar frutos”, según Escotet, abierto, una vez más, a estudiar todas las oportunidades que se presenten con un exceso de capital de 1.700 millones de euros. El presidente de la entidad descarta tajantemente que haya perdido el tren de las fusiones después del matrimonio de Unicaja y su pretendida Liberbank. Y niega también que hubiera existido “una aproximación” al Sabadell. Sí admite que le echan echando un vistazo a las cuentas de Novo Banco, aunque “sin postura ni definición” tomadas hasta comprobar si encaja en su apuesta por “un modelo de negocio y una gobernanza complementarios” al suyo. En cualquier caso, “no hay alternativas inmediatas claramente en disposición”, afirma, sin esconder que, por preferir, es más de otra operación en Portugal que en España.

La red de Abanca cerró 2020 con 652 oficinas, 75 menos que en diciembre de 2019. Sus responsables mantienen las distancias con los planes de cierres masivos de otras entidades españolas, aunque “nos adaptaremos a las realidades del sector con la digitalización y la atención a los diferentes hábitos de los clientes”. “Estamos en 274 municipios gallegos y en 119 somos la única entidad”, remarca Botas, que restringe cualquier tipo de ajuste a sucursales “pequeñas para ser absorbidas por otras grandes de forman natural para una respuesta especializada”.

“Preservaremos la mayor cantidad posible del tejido empresarial de Galicia”

Antes de responder una pregunta sobre el revés en la estrategia de capitalización de Nueva Pescanova —el TSXG tumbó el acuerdo de refinanciación, obligando a la pesquera a lanzar una ampliación de capital voluntaria en la que Abanca (88,4% de las acciones) convertirá toda su deuda en títulos—, Juan Carlos Escotet defendió “la vocación decidida” de la entidad por preservar “la mayor cantidad posible del tejido empresarial de Galicia”. “Creemos que es una empresa de altísimo valor estratégico, diría que casi indispensable para la economía gallega”, apuntó, reconociendo que el fallo le causó “sorpresa” y que “hubiese sido francamente conveniente” el respaldo de todos los acreedores. Pese al COVID-19, la multinacional “viene cumpliendo la estrategia”. “Estamos convencidos de que saldrá adelante y en un plazo relativamente corto buscaremos un socio industrial”, apuntó.

“La inmensa mayoría de los créditos ICO se van a recuperar”

El líder de Abanca huye de los mensajes apocalípticos sobre una morosidad insoportable en la banca a la vuelta de la esquina por culpa de la pandemia. No ve riesgo de una crisis de solvencia financiera. “Claramente”, enfatizó Escotet, sin duda de “los niveles de solvencia y una situación que difiere de la crisis del ladrillo de años anteriores”. “Es un sistema bancario perfectamente preparado”, alabó, convencido también de que “la inmensa mayoría” de los créditos avalados por el ICO se van a devolver. En su caso las operaciones suman 3.128 millones y el 30% del crédito en su cartera de pymes y grandes empresas se realizaron con garantía pública. “A pesar de que empiezan a vencer, no ha habido un mayor volumen de solicitudes de extender los plazos y la carencia”, dice. Aflorará “alguna mora adicional”, pero soportable “si la vacunación avanza”.