El Corte Inglés adelantó a los sindicatos que el proceso de reorganización de la empresa con un plan voluntario de bajas que afectará a 3.000 trabajadores, más de un 4% de la plantilla, se realizará “con el máximo diálogo y buscando medidas “positivas” como las “buenas condiciones económicas”.

La compañía indicó que “su plan de reorganización futuro debe buscar la viabilidad de la compañía, su posicionamiento en un mercado cambiante, la reordenación del mundo del retail y su nueva dimensión tras el impacto de la venta online”, según informó la comisión sindical en un comunicado tras reunirse con la empresa.

La próxima semana se constituirá en acto formal la comisión negociadora y posteriormente esta comisión iniciará las negociaciones con la empresa para acompasar las medidas, haciéndolas “lo más atractivas posibles a la plantilla”.

Este momento de reorganización y ajuste de la plantilla se produce tras el cierre de Linares y la reorganización de Guadalajara, así como de las noticias de más centros afectados por cierre, que provocó una “avalancha de inquietud” en la plantilla, según aseguraron los sindicatos.

Ante esto, CCOO, Fasga, Fetico y UGT indicaron que su posición frente a la empresa va a ser “clara y contundente” buscando unas condiciones de salida de plantilla por encima de limites legales y con posibilidades de adscripción voluntaria desde cualquier punto de España, de tal forma que ese ajuste de plantilla no se realice “de forma traumática sino armonizada con los intereses de las personas”.

El plan voluntario de bajas diseñado por El Corte Inglés afectará a un máximo de 3.000 empleados, de los cuales 2.500 serán trabajadores de los centros comerciales y 500 pertenecientes a los servicios corporativos, lo que supone más de un 4% de la plantilla, integrada por unos 63.000 trabajadores.

La compañía ya se acogió en marzo de 2020 a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor para un total de 25.900 empleados, tras el estado de alarma de la plantilla.