El ahorro que dedicaron los hogares españoles a la inversión durante el último trimestre de 2020 se redujo el 1,9% con respecto al mismo periodo del año anterior, hasta los 11.166 millones de euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Si bien es cierto que la incertidumbre y la volatilidad que acompañan a las crisis económicas puede alejar del mercado financiero a perfiles novatos más prudentes, ha habido quien ha aprovechado el periodo de confinamiento para acercarse a la renta variable. “Hay muchas personas que se han planteado, o se lo están planteando, invertir en bolsa como una oportunidad, ya que al pasar tanto tiempo en casa, han podido profundizar en áreas que eran de su interés”, considera Javier Sanz, fundador y CEO de Ninety Nine, neobróker español con un modelo de suscripción con tarifa mensual. 

En la primera mitad del año pasado, las familias españolas aumentaron sus inversiones netas en acciones cotizadas hasta el 5% de su renta disponible bruta, tal y como revelaba el Banco de España en un artículo publicado en diciembre. Este nivel supera la media europea, situada en el 3%, y junto con el de los alemanes (en el 4%), es el porcentaje de renta destinada a la inversión bursátil más elevado de toda la zona euro.

BARRERAS A LA INVERSIÓN

Sin embargo, desde Ninety Nine perciben la existencia de “mitos” que frenan a los ciudadanos a la hora de optar por la renta variable como una opción más con la que tratar de maximizar su ahorro, “al nivel de los planes de pensiones o cualquier otro instrumento de inversión”, destaca Sanz.

Según explica este experto, se han creado “falsas ideas” que influyen a la hora de plantearse la posibilidad de invertir en bolsa y tienen que ver, por ejemplo, con que resulta muy caro o que es como ir al casino. “Al contrario de lo que muchas personas pueden creer, invertir en bolsa no es un juego de azar”, asegura. 

Preguntado por las causas que han generado estas creencias, apunta como uno de los principales factores a “la falta de educación financiera”. Además, otra de las cuestiones relacionadas es “la idea de que solo aquellos con cierta libertad financiera podían acceder a los mercados financieros, cuando la realidad no es esa”, destaca.

De hecho, desde Ninety Nine inciden en que el “mito más extendido” es el que asegura que solo pueden invertir en bolsa las personas con grandes recursos económicos o que es muy caro. “La realidad es que dentro del mercado financiero existe todo tipo de inversores, desde personas que invierten 50 euros al mes a otras que dedican su vida profesional a la inversión, moviendo grandes sumas de dinero diariamente”, plantean. 

También está muy generalizado el comentario de que lo más seguro es invertir en el mercado nacional, lo que puede llegar a limitar mucho al inversor, para quien la máxima debe ser siempre tener una cartera diversificada. Adquirir participaciones de empresas internacionales o posicionarse en índices de países como China, Canadá o Estados Unidos “es menos arriesgado que hacerlo solo en la bolsa española”, afirman desde esta plataforma de inversión.

NOCIONES BÁSICAS

Tampoco es cierto que en bolsa solo ganen los expertos, aunque sí es importante conocer el funcionamiento de los mercados para tomar decisiones reflexionadas y con una estrategia, más allá de los impulsos. “Siempre es recomendable contar con ciertas nociones que permitan a la persona entender cómo funciona la bolsa”, subraya Javier Sanz, quien añade que hay que dominar los conceptos básicos “antes de aventurarse a invertir”. 

Es por eso que, aunque sea necesario invertir tiempo en un inicio para entender los pasos a dar y prevenir sustos innecesarios, es errónea la idea de que invertir exige mucha dedicación. “Todo depende de la gestión financiera que cada uno quiera hacer. Si queremos invertir a corto plazo necesitaremos una mayor dedicación que si se trata de una inversión a largo plazo”, explican.

Otra de las visiones distorsionadas sobre los mercados financieros es la de que comprar acciones en una gran empresa y mantenerlas a largo plazo genera muchos beneficios pensando en los dividendos ya que, estos se descuentan del precio de las acciones. Es decir, cuando una empresa reparte dividendos, ese importe se descuenta de la cotización de las acciones.