Hasta hace no mucho, la única opción que tenían los emprendedores para financiar su negocio o empresa era a través de un banco, con ayuda familiar o con ahorros propios. La llegada de las nuevas tecnologías abrió la puerta a nuevos tipos de financiación. Así nació el crowdfunding, que se puede definir como una red de financiación colectiva, normalmente online. En España, esta práctica lleva poco tiempo regulada, a través de la ley 5/2015, del 27 de abril.

Todavía es un sector pequeño, que mueve, por el momento poco dinero, pero a partir del 10 de noviembre de 2021 habrá una nueva regulación europea. Fernando Álvarez-Cienfuegos, subdirector adjunto de Legislación del Mercado de Valores del Tesoro Público, ha explicado en una jornada de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre ciberseguridad y fintech que las plataformas van a tener que realizar un esfuerzo adicional. Pero pide que haya un margen de adaptación. 

Álvarez-Cienfuegos ha comentado las diferencias y similitudes que hay entre las dos normativas, la europea y la española. Entre todas las diferencias ha destacado dos. La primera de ella ha sido la extensión, ya que el texto de la europea es casi el doble que el de la española, por lo que, tal y como ha apuntado, entra en más detalles en algunos aspectos. Y otra de las diferencias que ha remarcado ha sido la de que según la normativa europea la propia plataforma no puede invertir en sus proyectos y con la ley 5/2015 puede hacerlo con un límite del 10%. 

Para Mireia Badia, CEO de Growly, una plataforma de crowdlending (préstamos), esta última diferencia que ha destacado el miembro del Tesoro Público puede penalizarle. Según ha explicado Badia, el límite del 10% ya echa para atrás a muchos inversores que dicen “oye pero si es tan proyecto invierte también en él y más del 10%”. No obstante, se muestra optimista con la nueva ley: “Es algo bueno, pero hay que ver cómo se aplica”. 

Rosario Martín, subdirectora Autorización y Registro de Entidades de la CNMV, ha comentado que con el nuevo reglamento se va a profesionalizar a las plataformas. Pero ha matizado que estas plataformas de crowdfunding necesitarán nuevos recursos humanos, financieros y materiales. “Solo los que sean capaces de tener músculo financiero y humano serán los que evolucionarán”, ha apuntado. 

Fernando Álvarez-Cienfuegos se ha mostrado de acuerdo con Martín y ha asegurado que la normativa es “muy positiva” para las plataformas y para los inversores: “Refleja cierto grado de madurez”. Según ha apuntado, lo mejor del reglamento europeo es que todos los países tienen la misma norma, por lo que “facilitará que inversores europeos inviertan en España”.

Por su parte, José Moncada, director General de Bolsa Social, ha afirmado que la intención del reglamento es “muy buena”, pero ha puntualizado que les tienen que implicar en el proceso. Moncada ha advertido de un riesgo, que la aplicación sea distinta en los distintos países, porque los supervisores de cada sitio son diferentes, “hay algunos más laxos y otro más estrictos y en el primer caso puede haber ventaja competitiva”. 

Cómo está el sector en España

En España, hay 27 plataformas de participación financiera; diez de ellas convierten a los participantes en accionistas; ocho, en prestamistas; nueve en mixtas. “Por el momento se mueve mucho dinero”, ha asegurado Rosario Martín, aunque ha destacado que hay crecimiento año tras año. De hecho, en 2019, se movió en el sector 139 millones de euros, un 34% más que en 2018. No obstante, Martín ha matizado que está poco diversificado porque el 61% se destinó a tres plataformas.