Al Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE) se le vuelven a ver las costuras. Un virus informático —de nombre ryuk— paralizó durante un par de semanas la actividad de este organismo, clave para la gestión de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y de las ayudas del desempleo, y ha dejado a la luz, de nuevo, las carencias de personal del servicio, según denuncian los sindicatos. Los empleados han tenido que estar durante semanas trabajando “a mano”, con boli y papel, anotando todas las solicitudes que tendrán ahora que “informatizar” en un tiempo récord. Todo sin que el problema informático esté totalmente resuelto ya que todavía hay determinadas funciones que no han podido ser reestablecidas. Esto provocará, alertan los trabajadores y las asesorías, un retraso en la gestión de cientos de expedientes de regulación y también de las ayudas por desempleo de la comunidad gallega.

Los problemas los han constatado también asesorías de todo el país, que han tenido solo dos días para introducir la nueva documentación de expedientes de regulación de empleo o de nuevas prestaciones por desempleo en el sistema informático del SEPE. Ahora los funcionarios tendrán solo una semana para analizar todo el papeleo y sacar el trabajo adelante de todo un mes. La plantilla ya asume que todo esto va a provocar nuevos retrasos en el pago de estas subvenciones, como ya ocurrió al comienzo de la pandemia cuando este servicio se vio desbordado por la llegada de miles de ERTE. Tal es el atasco que ya muchos de estos expedientes se aprueban mediante lo que se conoce como “silencio administrativo”, es decir, se les da luz verde de forma automática cuando la administración no responde en un plazo determinado.

El sindicato CSIF afirma que lleva tiempo demandando que la plantilla del SEPE pueda trabajar también durante las tardes, como ya ocurre en otros organismos del Estado. Por el momento, no ha conseguido convencer a los gestores de este organismo para que se lo permitan.