La campaña de la renta, que arranca en un par de semanas, estará marcada por el impacto que los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Esta herramienta socorrida por miles de empresas gallegas para hacer frente al impacto económico de la pandemia, repercutirá sobre las declaraciones de los empleados afectados. El primer golpe significativo es que habrá muchos más contribuyentes que tengan que presentar la declaración. Muchos que hasta ahora no tenían obligación. Serán todos aquellos que otros años no llegaban al mínimo, pero que ahora lo superan al haber tenido dos pagadores: su compañía y el Servicio Público de Empleo (SEPE).

El segundo impacto se notará directamente en el bolsillo. Las asesorías gallegas estiman que un trabajador que haya estado regulado durante el primer estado de alarma, que se extendió durante un periodo de cien días, es decir, más de tres meses, tendrá que pagarle al Fisco unos 700 euros aproximadamente. Una cifra estimada que se ha calculado considerando que se trate de un trabajador en Galicia, regulado a jornada completa, soltero, que pague un alquiler de 300 euros, sin cargas familiares ni hipotecarias y con la renta media de un gallego: que ronda los 23.000 euros anuales.

Muchos empleados regulados, de forma parcial o por la jornada completa, se verán obligados a presentar el borrador al tener dos pagadores: la empresa y el SEPE

De realizarse la misma estimación, pero considerando que el mismo perfil de trabajador no estuviera esos tres meses en ERTE y, por tanto, tres meses cobrando una prestación inferior a su salario, la aportación a Hacienda sería un 10% superior, calcula Manuel Velloso, gerente de ATC Asesores. “El trabajador tiene menos liquidez y por tanto su poder adquisitivo ha bajado y su contribución a Hacienda”.

Miles de gallegos en ERTE pagarán cerca de 700 euros en la declaración de la renta

La cuantía dependerá, en todo caso, de si se trata de una persona casada o no, de si tiene hijos o de cuántos tenga, de si paga un alquiler o una hipoteca y otros condicionantes que individualizan cada situación en una tributación que, además, es progresiva. En términos generales, lo que ha sucedido es que los trabajadores dejaron de percibir su salario de forma normalizada, lo que repercutirá en recaudación de las arcas del Estado: “Hacienda no va a recaudar más que otros años, pero al haber más gente con dos pagadores, más gente tendrá que presentar la declaración de la renta”, analiza Velloso.

Las restricciones para contener la tercera ola del coronavirus propiciaron que, en el mes de febrero, los ERTE se disparan un 50% respecto al cierre de enero, 15.357 trabajadores más y un total de 46.665 personas bajo esta situación en Galicia, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

La tercera ola se tradujo en ERTEs

Tendrán que presentar la declaración todos los trabajadores que perciban más de 22.000 euros anuales de un sólo pagador.

El caso de un sólo empleador

También estarán obligados a presentar el borrador aquellos que perciban más de 14.000 euros de dos pagadores, que en este caso sería la empresa y SEPE .

En caso de tener dos pagadores

Las restricciones de la tercera ola impulsaron los ERTEs un 50% en Galicia en febrero frente a enero, hasta las 46.665 personas.


Así es que este año muchos trabajadores que normalmente no estaban obligados a presentar la declaración de la renta, tendrán que hacerlo este año. Serán todos los que perciban más de 22.000 euros de un solo pagador los tienen que presentar sus cuentas ante Hacienda, algo que no ha variado respecto al año anterior. Además, estarán obligados aquellos que perciban más de 14.000 euros de dos pagadores, que en caso de los ERTE es la empresa y el SEPE, siempre y cuando por el ERTE se hayan percibido más de 1.500 euros. Aunque está claro que todo este entresijo va a revertir en una avalancha de peticiones en las gestorías: “vamos a tener que trabajar el doble, de forma telefónica y online, porque más personas tienen que hacer la declaración”, dice Velloso.

Las compañías que vieron interrumpida su actividad a causa de la pandemia pudieron escoger entre aplicar un ERTE parcial, que afecta a al trabajador con la reducción de horas de la jornada laboral, o total, que afecta a la totalidad de la jornada. “Ha habido más de los segundos que de los primeros”, señala explica Victoria Costas, consultora en Costas Núñez Asesores. El empleado afectado por un ERTE parcial recibe un pequeño pago del SEPE y, en todo caso, inferior al de los que fueron regulados a jornada completa. Además, critican los asesores fiscales, que habían venido reclamando algún tipo de moratoria para estos empleados, los más afectados van a ser trabajadores con bajos salarios, porque son también los que más han sido regulados.

La coyuntura es, en cierta forma, extrapolable, a los autónomos. Aunque su gestión no es tan controvertida sí contribuirá a engordar toda la burocracia Los empresarios tendrán que declarar las ayudas, como las de cese de actividad, como ingresos. Lo mismo ocurre con las indemnizaciones de las pólizas de seguros por cese de actividad, un pago que tributará como ingresos en la renta. En ambos casos, el sector más golpeado será “la hostelería y todas las empresas del sector del turismo”, explica Costas. “También el comercio y la cadena vinculada a la hostelería, como la distribución de bebidas o el sector cárnico. Hay mucho empleo indirecto afectado”.