La filial británica del Banco Santander planea cerrar 111 sucursales en el Reino Unido para finales de agosto, lo que equivale a un 20% de su red en el país y podría suponer la pérdida de unos 600 puestos de trabajo. También llevará a cabo una reducción de sus centros corporativos, incluido el traslado de su sede al nuevo campus de Milton Keynes, y ofrecerá la posibilidad de teletrabajar a alrededor de 5.000 de sus trabajadores.

La entidad bancaria presidida por Patricia Botín ha tomado la decisión de cerrar 111 de sus 563 sucursales a causa del cambio experimentado en los hábitos de los clientes en favor de la banca móvil y digital, una tendencia que se ha visto acelerada por la pandemia del coronavirus, provocando una caída del 50% de las operaciones presenciales en las oficinas en 2020, después de la bajada del 33% en los dos años anteriores a la pandemia.