La economía española se derrumbó el 10,8% en 2020, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que constituye el mayor desplome desde la Guerra Civil. Pese a su dramatismo, el descenso ha sido algo menor que los pronósticos de consenso que habían formulado el Gobierno y diversas instituciones nacionales e internacionales (entre el -11,2% y el -12,4%), dos décimas menos que el avance que hizo el INE en enero (-11%) y sensiblemente más favorable que los pronósticos más pesimistas, que habían llegado a vaticinado un derrumbe de hasta 15,1%, casi el 40% más de lo que finalmente ha ocurrido.

Sin embargo, el cuarto trimestre fue peor de lo esperado porque, según el INE, se produjo un estancamiento de la economía española (0% respecto al tercer trimestre) a causa de los rebrotes y las restricciones, cuando se esperaba un crecimiento intertrimestral de hasta el 1,3%, según estimó en enero la Autoridad Fiscal Independiente (Airef). Aun así, ha sido mejor que el comportamiento de otras grandes economías europeas, que reincidieron en el decrecimiento.