Julio Domingo Souto (A Coruña, 1960) vivió su juventud en Ciudad Escolar y comenzó su formación en el instituto Fernando Wirtz. “Empecé estudiando un FP en Delineación y acabé haciendo un MBA executive en la Universidad Alcalá de Henares”, comenta el director general de la Fundación Mapfre. Desempeña el cargo desde 2015, pero su vínculo con el mayor grupo asegurador del país se remonta a más de dos décadas, en las que ocupó puestos directivos en Venezuela, República Dominicana y Chile, donde fue además presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio. Accionista del Deportivo y “aficionado a A Coruña”, visita la ciudad con frecuencia por motivos familiares. Esta semana lo ha hecho también por trabajo, para reunirse con los responsables de la Fundación Barrié, que hasta el día 16 expone Miró. Una colección, con 47 obras del pintor. Ambas fundaciones trabajan ya para traer nuevas muestras de arte de primer nivel a A Coruña y a Vigo.

En esta visita a su ciudad, la exposición de Miró es parada obligada.

Esta exposición tiene un aspecto entrañable porque son las obras que Miró le fue dando a la familia. Por desgracia nos ha tocado esta época del COVID, con muchas restricciones y no tenemos ocasión de prorrogarla. Al menos se pudo hacer y se pudo traer, aunque estuvimos en vilo para poder traerla y estuvo un tiempo cerrada. Es una pena que no haya podido tener todo el esplendor.

Aún con restricciones, después de tantos meses sin eventos el color y el calado de una exposición como esta parece que devuelve un poco la vida a la ciudad. ¿Ese es uno de los cometidos de la fundación, insuflar vida con la cultura?

Sí. La nuestra es una función grande que trabaja en 28 países y la cultura es una de las principales áreas de actividad, la segunda después de acción social. Al final se trata de acercar la cultura a la gente. Cuando hay una necesidad, hay detrás una fundación. Cuando hay crisis se vuelve mucho más complicado todo el ecosistema de la cultura y ahí se hace más importante la labor de una fundación.

Otros de los campos en los que han aumentando las necesidades es el laboral. ¿Qué acciones desarrollan para intentar paliar el impacto del COVID en el trabajo?

De forma directa en España tenemos dos programas de empleabilidad. Tenemos ahora la convocatoria abierta de Accedemos y en esta edición nos centramos en autónomos y empresas de hasta seis trabajadores. Son un tejido social muy importante y muy golpeado por la pandemia. Les ayudamos a la creación o mantenimiento del empleo creado el pasado año. También les ofrecemos cursos de digitalización para mejora sus negocio. Después, tenemos el programa Juntos Somos Capaces, para la integración en empleo regular de personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental.

¿Está en riesgo esa inclusión por el debilitamiento del mercado laboral?

En condiciones normales ha sido siempre complicado la integración de personas con capacidades distintas y en momento de crisis lo es mucho más. Nos da mucha satisfacción porque es espectacular lo que cambia el equipo de una empresa y lo que se enriquece. Nos acaba llamando el empresario para darnos las gracias porque el ambiente laboral, el compañerismo, la involucración, el compañerismo... mejora un montón.

También los jóvenes lo tienen difícil, con tasas de paro disparadas, ¿de qué manera les ayudan?

Trabajamos en potenciar la formación profesional y la formación profesional dual. De hecho, estamos lanzando una especialización en seguros. Hay que repensar la educación y fomentar la FP. En España tiene una calidad muy buena y una empleabilidad muy directa. Ahí estamos fomentando la hoja de ruta para que los alumnos valoren la FP, que no tiene por qué ser un punto final; puede ser una pasarela a otro tipo de estudios. Yo empecé estudiando un FP2 en Delineación en el Fernando Wirtz y acabé haciendo un MBA executive en la Universidad Alcalá de Henares. La FP te da muchas oportunidades. Hay formaciones tan llamativas como piloto de drones. En los laboratorios la mayor parte del personal es de FP...

Hablando de laboratorios y volviendo al COVID, han donado cinco millones de euros al CSIC para el desarrollo de una vacuna. España no ha conseguido hacerlo con la rapidez de otros países. ¿Cree que sería posible si más empresas hicieran donaciones? ¿Cuál debe ser la contribución de la empresa privada?

El CSIC ha hecho un trabajo muy importante. Tenía 150 líneas de investigación y tiene ahora desarrollada una vacuna que puede ser de las mejores del mundo, por encima de las que están ya en el mercado. Nosotros creemos en la colaboración público-privada. Participamos en estudios de investigación, tenemos becas... Se tienen que unir talento y recursos públicos y privados para que salgan las cosas.

Sin embargo, en España la inversión de las empresas en I+D en comparación con otros países sigue siendo residual, salvo grandes empresas.

Sí. Yo creo que se ha avanzado bastante pero en los próximos años está claro que España necesita incidir mucho en I+D. Nosotros tenemos unos premios de innovación social que ayuda a emprendedores a poner en práctica una innovación que va a solucionar un problema a la sociedad en alguno de estos tres ámbitos: salud, movilidad y ageingnomics, es decir, el envejecimiento.

Ese va a ser un gran tema...

Por ese hemos creado centro de investigación de ageingnomics, para la investigación de la economía del envejecimiento y todo lo que gira alrededor, pero desde el punto de vista positivo. Nosotros lo que vemos son oportunidades en el envejecimiento y oportunidades en este nuevo grupo social que no existía. El grupo social de las personas de a 55 a 70 años de hoy no existía como tal, con la calidad de vida y el ocio que tienen, y eso tiene unas oportunidades inmensas de negocio pero también respecto a lo que ellos pueden aportar. Pueden seguir siendo mentores, profesores, voluntarios... son gente hipervaliosa. Por eso hemos creado este centro de investigación en plena pandemia, porque es un tema muy importante.

Sobre todo en un lugar tan envejecido como Galicia.

Yo creo que el efecto es mundial. Normalmente se habla del envejecimiento como algo negativo, que si el problema de las pensiones... Si esto se sabe manejar bien, tiene unos efectos muy importantes para la sociedad. La cuestión está en si lo vamos a aprovechar o no lo vamos a aprovechar.

¿Cree que esto cambiará la economía del país?

Yo creo que sí. Cambiará la economía de la gente que le preste atención a estas cosas. Por eso estamos haciendo un barómetro del consumo sénior, una guía de emprendimiento senior... La edad de la mayoría de las personas que emprenden en España hoy no está en los 20-30 años, está en los 50. Es cierto que lleva una pincelada de gente que a lo mejor ha finalizado su recorrido laboral en una empresa. Pero estamos hablando de gente que tiene mayor poder adquisitivo, que tiene una experiencia laboral, para poder emprender, unos conocimientos... y crea su empresa e innova.

Mapfre es el primer grupo asegurador español y le está yendo bien. En los últimos resultados trimestrales incrementó un 37% su beneficio. ¿Esto permite que haya más dinero para su acción social y RSC?

La Fundación Mapfre tiene más de 45 años de existencia y todo viene de un impulso ético que siempre ha tenido Mapfre. El área más importante que tenemos es la de acción social. En épocas como esta, donde la bajada del escalón de la pobreza está siendo muy dura. Mapfre tiene un sentido de responsabilidad social muy fuerte. El seguro en sí mismo es un concepto muy social, porque las primas de todos revierten en la persona que tiene un problema y entre todos nos protegemos a todos.

Entre tantas necesidades, será difícil decidir qué proyectos van adelante y cuáles no.

Las fundaciones se han profesionalizado y tomamos esa decisión sobre todo teniendo un plan estratégico y unas líneas concretas. Tenemos prácticamente todo asignado con un año de antelación, siempre hay cuestiones extraordinarias como ahora con el COVID, para el que el patronato aprobó el año pasado 35 millones de euros a la lucha contra el COVID y este año se van a dedicar otros diez millones para Latinoamérica porque lo están pasando muy mal.

¿El consumidor elige la compañía, entre otras cosas, por sus fines?

Sí. Yo creo mucho en la juventud. Es más solidaria y está más preocupada por las causas sociales que nunca. Al final los jóvenes eligen empresas responsables: que no contaminen, que sean sostenibles, que sean transparentes y tengan una buena gobernanza... La sociedad ha mejorado mucho. Antes por ejemplo no pensábamos en dónde invertíamos nuestro dinero. Ahora hay un auge de las inversiones socialmente responsables (ISR) y seguimos criterios de desarrollo sostenible. Es un rayo de luz la juventud que tenemos hoy.