Tras un año de pandemia, quedan 12.107 trabajadores en la provincia de A Coruña acogidos a alguno de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) financiados por el Gobierno para frenar la sangría laboral del COVID. Son casi la mitad, el 45%, de los 26.998 que hay en Galicia, donde la cifra llegó a ser de 165.000 en los peores momentos de esta crisis. Los sindicatos relacionan la persistencia de los ERTE en A Coruña con el mayor peso del sector servicios en este territorio y una mayor incidencia en las medidas para frenar los contagios de coronavirus. En el último mes, la cifra se redujo un 28% con el fin de la tercera ola.

“El 99,9% de los ERTE está concentrado en el sector servicios”, señala la secretaria de empleo de CCOO en Galicia, Maica Bouza, que incide además en que las suspensiones están directamente ligadas a las restricciones, que “en A Coruña ha sido mayores, porque ha habido más cierres”. La provincia coruñesa aporta la mayor parte del millón afiliados que hay en Galicia —concretamente 430.000 trabajadores—, pero la tasa de ERTE que sufre supera esta proporción.

Esperando en casa

Dos de cada tres coruñeses en situación de ERTE (8.083 personas) tienen una suspensión total de su empleo, por lo que esperan en sus casas a que llegue el momento de poder reincorporarse, mientras perciben una prestación del Servicio Público de Empleo (SEPE) sin gastar tiempo de paro. El tercio restante (4.024 empleados) se reducida su jornada y compatibiliza el cobro de la parte proporcional de la nómina con la paga del Estado.

El sesgo de género es claro y los ERTE afectan sobre todo a mujeres, muy presentes en el sector servicios. En A Coruña hay 6.917 mujeres y 5.190 hombres afectados por estos expedientes. Las trabajadoras son el 57% del personal afectado por las suspensiones en las empresas coruñesas, mientras que suman solo el 49% de las plantillas.

La tendencia general en los últimos meses ha sido a reducir el número de personas incluidas en los expedientes de regulación de empleo. El mes salieron de los ERTE casi 5.000 coruñeses, al pasar la cifra de afectados de 16.925 a 31 de marzo a 12.107 a 30 de abril (-28%).

Semanas decisivas

Las próximas semanas serán clave para determinar si los ERTE en vigor son útiles para que los trabajadores recuperen sus puestos de trabajo. “A partir de la semana que viene, ya sin el estado de alarma, según se reduzcan las restricciones y avance la vacunación veremos cómo quedan las cosas”, avanza Maica Bouza. La sindicalista considera que “hasta ahora los ERTE han sido el mejor de los instrumentos para evitar que se perdiera todo el empleo”.

Un informe reciente del Banco de España concluía que este mecanismo fue muy útil en los primeros meses de la pandemia pero que la probabilidad de volver el ERTE al trabajo se ha ido reduciendo según los expedientes se alargan. Con todo, “los ERTE no se están transformando masivamente en ERE como podía pensarse”, defiende la responsable de empleo de CCOO.

Los contactos entre Gobierno, patronal y sindicatos dan por hecho que la ampliación de este sistema hasta el 30 de septiembre. Falta saber el modelo. Ministros como José Luís Escrivá o Nadia Calviño se han posicionado a favor de introducir cambios en el esquema de incentivos, para premiar a aquellas empresas con posibilidad de reactivarse. Yolanda Díaz, y los agentes sociales son más proclives a mantener sin apenas cambios el actual modelo. Lo debatirán la semana que viene.

Prórroga hasta el 30 de septiembre

Firma: Gabriel Ubieto

El Gobierno ha planteado a patronal y sindicatos que la nueva prórroga de los ERTE por COVID sea hasta el 30 de septiembre. Cuatro meses más que dejarían toda la campaña laboral de verano cubierta. Los sindicatos dan por buena la fecha, mientras que desde la patronal CEOE no han querido pronunciarse sobre una negociación que acaba de empezar. Este fue el principal punto discutido en la primera reunión para extender estos mecanismos de protección del empleo más allá del 31 de mayo, cuando vence la prórroga actual. Una vez fijada la fecha, ahora las partes deben acabar de cerrar el contenido. Los negociadores de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social reanudaron las conversaciones con la patronal y los sindicatos ayer y la primera reunión —de cuatro horas— fue fructífera. Unos 640.000 trabajadores actualmente en erte dependen de la renovación de este mecanismo de protección social. El Gobierno ya se había comprometido ante la Unión Europea a alargar este mecanismo de protección todo lo que resta de ejercicio. De momento, y salvo que embarrancaran las conversaciones, estos se extenderán hasta el 30 de septiembre. Esto abre la puerta a que, tras esta, pueda haber una nueva y probablemente última prórroga para acabar de cubrir el ejercicio. Los negociadores de Seguridad Social y Trabajo han repetido la fórmula de la anterior negociación: “primero cerramos el hasta cuándo y luego ya discutiremos sobre el cómo”. Es el mensaje que ha imperado. La semana que viene las partes empezarán a discutir el esquema, con tres semanas para acabar de cerrar el entente.