Con la compra de Novo Banco anunciada a principios del pasado abril, Abanca sumará 4.287 millones de euros de volumen de negocio, 172 empleados, 102 agentes bancarios y 10 oficinas. Hasta ese momento, la red de la principal entidad financiera de Galicia tenía 468 sucursales en la comunidad, 202 en el resto de España, 44 en Portugal, una en Suiza y otra en EEUU, además de centros de representación en ocho países. A diferencia del resto del sector, el grupo liderado por Juan Carlos Escotet amplía su capacidad instalada y descarta embarcarse en un duro ajuste como la mayoría del resto de operadores.

“Nosotros dentro de nuestros planes no tenemos cierres masivos ni reducciones porque tenemos una red eficiente que se ha transformado de forma progresiva”, explicó ayer el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, durante la presentación del Plan de Acción de Banca Responsable y Sostenible, con oficinas más grandes y dotadas con más personal, manteniendo “la vocación de estar lo más cerca posible”. Escotet niega que el recorte de red sea “una consecuencia sectorial” y vincula los cierres anunciados en las últimas semanas a “concentraciones enormes de mercado en algunos territorios”.

Abanca estudia ahora mismo su catálogo de productos para ofrecer “una alternativa sostenible” para todos en 2024, cuando espera también ser neutra en carbono. Que lo que emita pueda compensarse para llegar a 2050 sin ninguna emisión.

Asesoría para captar fondos

La hoja de ruta de la entidad financiera gallega hacia la sostenibilidad implica a toda la organización, con un modelo de buen gobierno corporativo “enfocado hacia las necesidades de los grupos de interés y con especial atención a los nuevos riesgos”. Abanca se propone “acompañar a sus clientes” en la transición energética y, de hecho, ha creado una división para asesorar a las 60.000 empresas que son clientes en la captación de los fondos del Next Generation.