Las restricciones del crédito bancario a promotores y compradores restringe la recuperación del sector inmobiliario en España. Las entidades financieras han reaccionado a la crisis del COVID con nuevas dosis de prudencia crediticia y exigen a los promotores niveles de preventa más elevados para financiar la construcción de viviendas. Según el sexto informe anual de la multinacional inmobiliaria CBRE, la banca ha duplicado las exigencias de venta sobre plano y se niega a apoyar con préstamos la compra de suelo. Las familias también tienen mayores dificultades para lograr hipotecas, por los precios elevados y las incertidumbres en el empleo derivadas de la crisis económica.

Según Samuel Población, director nacional del área residencias y suelo de CBRE, “antes de la pandemia era usual que la banca exigiese un nivel de preventa del orden de entre el 20% y el 30% de los inmuebles de una promoción. En la actualidad, las entidades financieras exigen más garantías. Si no se ha vendido entre el 40% y el 60% no hay préstamos para financiar la construcción”.

Además, la banca ha dejado de financiar el proceso completo de desarrollo de las promociones y el responsable de CBRE asegura que el suelo no tiene financiación por parte de la banca comercial al margen de la situación urbanística, aunque todavía es posible por otros canales del sector financiero. La banca sí es más proclive a financiar operaciones en las que estén aseguradas rentas de alquiler, por ejemplo.