El Gobierno estudia bajar el IVA de la factura de la luz. Esta es una de las medidas que analiza el Ejecutivo para atajar la desorbitada subida de precios de los últimos días en el mercado mayorista de la electricidad, según desveló ayer el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y confirmó el ministerio de Hacienda.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró el martes que el Gobierno no descarta “volver a suspender alguno de los elementos fiscales con carácter provisional” para mitigar una subida de precios en la factura. “Ya lo hemos hecho en el pasado y probablemente lo tengamos que volver a hacer en un futuro inmediato”, dijo. Y todas las miradas fueron a parar al impuesto a la generación de electricidad que grava con un 7% la producción de este tipo de energía y cuyo coste las compañías repercuten a los consumidores a través del recibo.

Pero Garzón anunció ayer que el Gobierno valora una “revisión posible e hipotética del 21% al 10%” del IVA de la luz. Algo que confirmó después la ministra, María Jesús Montero, al señalar que el Gobierno estudia “todas las figuras fiscales entorno a la fiscalidad” y lanzó un dardo a Garzón: “Es el ministerio de Hacienda el que está trabajando y el que sabe cuál es la propuesta que se puede o no se puede poner”. “No me gusta especular con estas cuestiones”, añadió. Fuentes de ese departamento reconocen que se están analizando todos los impuestos que afectan a la luz, incluido el IVA, y todavía no hay una decisión tomada, aunque se quiere hacer con rapidez, informa Rosa María Sánchez.

Por su parte, fuentes de Podemos señalaron que en los próximos días tendrán una reunión con el Ministerio de Transición Ecológica en la que plantearán una reducción del IVA “de manera permanente”, así como aprobar vía decreto el recorte a la retribución eléctrica, actualmente aprobado como anteproyecto de ley, para evitar la demora que supone que tenga que pasar por el Congreso.

Además del IVA, la factura de la luz también está afectada por el impuesto especial a la electricidad del 5,11% y, de forma indirecta, por el impuesto a la generación eléctrica. Ni el IVA ni el impuesto especial se han suspendido con anterioridad, mientras que en octubre de 2018 sí se eliminó seis meses, bajo el mandato de Ribera, el impuesto a la generación, después de que ese verano la luz se situase en el entorno de los 60-70 euros el megavatio-hora. Nada que ver con los precios actuales que rondan los 85 euros de media en los primeros 18 días del mes de junio.

El parlamentario socialista Germán Renau aseguró el miércoles, en respuesta a una iniciativa (proposición no de ley) de reducir este impuesto del 7% al 0% presentada por el Partido Popular en el Congreso, que esta medida aumentaría un 10% los cargos del recibo de la luz y, sin embargo, “no se sabe si bajará la factura”.

“Generaría un déficit de 1.300 millones de euros del sistema eléctrico” y “subirá los cargos en la factura un 10%”, explicó Renau en su interlocución previa a la votación que fue rechazada tanto por la formación socialista como por Podemos y MasPais-Equo y apoyada, además de por el PP, por Vox, Ciudadanos y PNV. Esta respuesta enfría la posibilidad de tocar ese gravamen, a no ser que se aseguren esos mismos ingresos de otra manera y se puedan equilibrar, así, las cuentas.

La luz marca hoy un precio de 92,67 euros

El precio de la luz en el mercado mayorista de la electricidad sigue por las nubes al marcar para hoy 92,67 euros el megavatio-hora, según los datos del Operador para el Mercado Ibérico (OMIE). Es el cuarto día consecutivo que se mantiene por encima de los 90 euros después de que el martes registrase unos 90,95 euros, el miércoles, 94,63, y el jueves marcase 93 euros. Unas cifras desorbitadas para lo que se puede considerar habitual y que llegan después de 15 días por encima de los 80 euros. El elevado precio de los derechos de emisión de CO2 y del gas natural en los mercados internacionales han disparado el precio de la electricidad porque, al tratarse de un sistema marginalista, la última tecnología en casar oferta y demanda es la que marca el precio. Y las últimas tecnologías en entrar, a falta de viento que abarata los precios, suelen ser los ciclos combinados y el agua. La primera está afectada directamente por el gas y el CO2, y la segunda se rige por el coste de oportunidad, es decir, cuánto supondría que no entrase el agua: el precio de los ciclos combinados.