Sergio Prieto (Madrid, 1974) se considera gallego de adopción y fue director territorial de Comercio y del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en la comunidad hasta el pasado verano. En julio fue nombrado representante de España en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y desde entonces su vida está en Ginebra, donde participa en negociaciones para favorecer el comercio global. Estos días ha vuelto a casa y ayer impartió una jornada en la Cámara de Comercio de A Coruña sobre la Situación del comercio mundial en la era del COVID-19.

Lleva casi un año en el puesto y la pandemia le ha cogido de lleno. ¿Se ve ya la recuperación?

Más o menos desde hace un año estamos en la senda de la recuperación, aunque todavía queda mucho por hacer. En 2020 el comercio mundial cayó más de un 9%. Teniendo en cuenta que la OMC preveía que la caída fuera del 14% al 30%, se rebajó un poco porque el segundo semestre fue mejor. Este año en el trimestre ha habido un crecimiento de un 4,2%. Se ve cierta recuperación pero va poco a poco. Probablemente para finales de 2022 o inicios de 2023 podríamos volver a los niveles de comercio internacional de 2019. Ahora la recuperación está muy centrada en los sitios en que la actividad económica está funcionando más y Asia es la que más está creciendo. En Europa hemos crecido un 2%. El resto de regiones sigue en cifras negativas. Esperamos que 2021 se cierre con un 8% de crecimiento del comercio internacional y 2022 con un 4%. Esas son las previsiones de la OMC, pero es muy inestable todo e irá en función de cómo evolucione la pandemia. Esta salida va a ser por zonas.

Respecto a esa asimetría en la salida de la crisis, ¿el COVID va a dejar un mundo más desigual?

Lo está dejando coyunturalmente porque la salida de la pandemia también está siendo desigual. Ahora hay países confinados y otros que están mejor. En un futuro yo creo que no. Lo que se prevé es que prácticamente para 2022 o 2023 todo vuelva a estar como estaba antes.

¿Esta crisis abre alguna oportunidad de exportación para Galicia?

Esta crisis abre oportunidades de comercio internacional para todo el mundo, también para Galicia de manera muy importante. Si de algo ha servido la pandemia es de catalizador de la digitalización y en Galicia hay empresas del sector TIC importantes para las que se abre una oportunidad de negocio. Y luego, todo lo relacionado con salud, biotecnología y farmacia, y también todo lo relacionado con protección del medio ambiente y sostenibilidad; también aquí hay empresas de energías renovables. Son oportunidades que hay que aprovechar y aquí se tiene conocimiento y se tiene experiencia.

La pandemia hundió la exportación coruñesa por el parón del textil. El sector empieza a remontar, pero sigue por debajo de los niveles preCOVID. ¿Cuándo se repondrá?

No se sabe. Es un escenario sumamente incierto, pero el sector textil en A Coruña tiene base suficiente para recuperarse. Es verdad que el sector textil uno es de los que más ha sufrido durante la pandemia y quizás va a costar un poco más su salida, pero quizá es de los sectores que mejor previsión de futuro tenga a medio-largo plazo. Ya se ha visto un pequeño crecimiento en este tercer trimestre de un 13% de comercio textil a nivel internacional. También es un sector en el que la pandemia va a cambiar ese modelo de negocio, que antes era más tienda, a más híbrido.

¿El comercio internacional ha aprendido algo de esta pandemia?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) va a firmar un tratado internacional de pandemias y va a suscribir un acuerdo con la OMC en cuestión de comercio. ¿Que hemos aprendido de la pandemia? Muchas cosas. En cuanto a las cadenas de valor global, nos hemos dado cuenta de que al final estamos dependiendo mucho de una zona del mundo que ya sabemos cuál es.

De Asia...

Sí que hará falta una redefinición de las cadenas de valor global. Y todos los países deben ir hacia una telematización de los procesos aduaneros y una facilitación para que aunque haya países confinados el comercio siga fluyendo.

¿Habrá una producción más local —o menos deslocalizada—?

Sí. La UE intentará acercar los centros de producción hacia las zonas de comercialización para que se dependa menos de los procesos logísticos y de transporte. Pero luego también están las necesidades de cada sector, por costes, etcétera. Cada empresa tendrá que verlo, pero se tiende a evitar ese posible riesgo de la deslocalización.

El coronavirus ha eclipsado el ‘Brexit’. ¿Sus efectos están por llegar aún, sobre todo en la pesca?

Depende. Según si las empresas han hecho planes de contingencia o no, según cómo los han hecho... afectará más o menos. Lo que tienen que tener claro las empresas es que competencia para entrar en Reino Unido va a haber y que esos privilegios que teníamos antes los vamos a perder. Está en manos del propio sector empresarial.

“Si suspendemos las patentes, ¿qué pasará ante una futura pandemia? Son la garantía del I+D+i”

La OMC ha acordado negociar la suspensión de patentes de vacunas. Usted además de miembro de la OMC es licenciado en Farmacia y ha trabajado para Pfizer. ¿Cómo se aborda esa negociación?

Lo que está sobre la mesa de la OMC es negociar una posible suspensión de los derechos de propiedad intelectual para hacer frente a un incremento de producción de las vacunas. Esto fue una propuesta planteada en Sudáfrica hace ocho meses apoyada por un gran número de países menos avanzados. Luego hay otra propuesta reciente de la Comisión Europea que viene a decir que las patentes constituyen la base del desarrollo tecnológico. El desarrollo de vacunas que se ha conseguido en diez meses no hubiera sido posible sin estas patentes, que no son un problema sino una solución. Lo que hay que hacer es buscar acuerdos de transferencia de tecnología. Si suspendemos los derechos de patentes, ¿qué pasará ante una futura pandemia? Porque ahora hemos conseguido un milagro con las vacunas. El sistema de patentes garantiza el I+D+i.

¿Cómo valora el papel de las farmacéuticas en esta crisis?

Ha sido muy importante. Las farmacéuticas han sido la piedra sobre la que se ha basado esta recuperación. Sin salud no hay economía pero sin economía tampoco hay salud.