Aïnhoa Mallo —directora—, José Antonio Ferreira y Ramón Santiago —miembros de la junta directiva— presentaron ayer oficialmente Nordés Club Empresarial, que cuenta ya con 215 socios y abrirá sus puertas en Matogrande este septiembre con la vocación de cubrir el vacío del quebrado Club Financiero Atlántico pero “con aire fresco”. Los líderes de esta iniciativa pusieron de manifiesto el “esfuerzo” realizado para sacar adelante una entidad “sostenible” y agradecieron el apoyo al tejido empresarial por hacer posible una obra de medio millón de euros que está en plena ejecución y se ha financiado “sin ninguna subvención”. Respecto al otro proyecto de club de ejecutivos que existe en la ciudad, Club Cámara Noroeste, los artífices de Nordés destacan su independencia como valor diferencial e invitan a la Cámara de Comercio a sumarse a su iniciativa para aunar fuerzas.

“Queremos representar a todo el tejido empresarial de la ciudad, en un espacio de encuentro desde la diversidad, para ejecutivos y empresarios ya sean grandes o pequeños, hombres o mujeres”, proclamó la directora de Nordés. El nuevo club comenzó a gestarse en 2019 cuando sus fundadores veían tambalearse el antiguo Club Financiero —finalmente abocado a la quiebra en 2020— y cuenta ya 215 socios de los que el 20% son mujeres. “Esa es una diferencia, porque el Club Financiero era un club de tíos, casi no entraba una mujer allí y si entraba igual echaba a correr”, chanceó José Antonio Ferreira y celebró que en este caso “se han animado muchas”, aunque la entidad espera aumentar la participación femenina al menos hasta el 30%, en línea con el porcentaje de mujeres directivas en las empresas.

“Nosotros no escondemos de dónde venimos”, afirmó Ramón Santiago, en referencia a la vinculación de los fundadores con el antiguo Club Financiero. “Fue nuestra casa durante muchos años —añadió—, pero allí la media de edad era de sesenta y pico años y en este nuevo club está de cincuenta para abajo”.

Los fundadores de Nordés —que hasta ahora se había denominado Club de Empresarios y Ejecutivos de Galicia— quieren marcar distancias con el antiguo club en las formas y también en la estructura, para evitar repetir los errores que llevaron a la liquidación. “El Club Financiero llegó a tener 24 empleados, había todo un equipo de cocina, sommelier, tres personas en recepción, un montón de camareros, una peluquera, fisioterapeuta... aquí vamos a tener solo cuatro personas en plantilla y lo demás, subcontratas”, explicó Ferreira.

La obra avanza en Matogrande, en el edificio del Coruña Sport Centre, dirigida por el estudio de arquitectura de José Manuel López Mihura. Los miembros ya inscritos han abonado entre mil y dos mil euros de derechos de acceso, que en el momento de la inauguración del centro subirán a 3.000 euros, más una cuota mensual de 120 euros más IVA. “Aquí todo el mundo va a pagar lo mismo, cosa que antes no pasada”, remarcaron.

Mallo definió el futuro club como “un espacio moderno de encuentro, flexible, con aire fresco, identidad gallega y transparencia”.

Ignacio Rivera y Carmen Lence, entre los socios

Entre los empresarios más relevantes que se han sumado ya al club empresarial están el consejero delegado de Hijos de Rivera, Ignacio Rivera, y la responsable de Leche Río, Carmen Lence. También “varios directivos de Inditex”, apuntan los artífices de Nordés sin entrar en nombres. El antiguo Club Financiero pasa a la historia, entre otras cosas, por ser el lugar donde solía desayunar Amancio Ortega. Sobre si el fundador de Zara podría dejarse caer por el nuevo club, la junta directiva entiende que “tiene 85 años y está a otra cosa”. “Pero si viene —añaden— será bien recibido”.