El inminente cierre de la central térmica de carbón de Endesa en As Pontes —que lleva meses inactiva de facto— cae sobre este municipio coruñés de 10.000 habitantes con la violencia de un meteorito. A falta de saber hasta qué punto los esperados fondos europeos y los nuevos proyectos vinculados a energías limpias pueden suturar la herida, la comarca se prepara para sufrir un duro revés económico. Un informe de la Universidade da Coruña (UDC) calcula que el impacto inicial del cierre destruirá casi 1.500 puestos de trabajo y elevará el paro un 284,5%.

Vista aérea de As Pontes, con la central térmica de Endesa, la de mayor potencia de España, y el lago creado en la antigua mina de carbón. | // L.O.

“Se perderán 1.178 puestos de trabajo locales (108 directos, 327 indirectos y 743 inducidos), y se destruirán 299 empleos más en el área de influencia de la planta fuera del municipio —en total, 1.474—”, concluye el informe titulado Initial Impact and Socioeconomic Compensation for the Closure of a Coal-Fired Power Plant in a Local Entity (Impacto inicial y reparación socioeconómica por el cierre de una central térmica de carbón en una entidad local), que acaba de publicar la revista científica internacional Sustainability. El documento, redactado en inglés, está firmado por el catedrático de Economía de la UDC —y expresidente de la Xunta— Fernando González Laxe, junto a otros tres expertos: Antonio Javier Prado, Manuel Escourido y Federico Martín.

“El impacto inicial del cierre, en ausencia de actividad sustitutiva alguna, sería devastador para la economía y el empleo de As Pontes”, advierte el informe, y añade que solo el 32,7% de trabajadores mantendría sus empleos en el municipio, mientras la población empleada descendería un 43,6%.

As Pontes lleva casi cuarenta años viviendo de la que es la mayor central térmica de España. Su desaparición supone, según este estudio, la pérdida del 49,1% de la producción local, el 45,6% del valor añadido bruto (GVA), el 44,3% de los ingresos salariales y el 46,6% de la facturación las empresas. Por todo ello, el artículos suscrito por González Laxe apunta que “el proceso de descarbonización tendrá que ir acompañado de una reparación en términos de empleo, con la creación de un mínimo de 435 nuevos puestos de trabajo con salarios equivalentes a los actuales [en la térmica] y la generación de 26 millones de euros de GVA al año” para poder amortiguar el golpe de la clausura.

La central de carbón llegó al final de su vida útil el pasado 30 de junio y Endesa espera ahora a que se tramiten los permisos necesario para el cierre. Los trabajadores de las empresas auxiliares —fuera del plan de recolocaciones de la plantilla directa— quedaron en ese momento sin garantías de empleo y urgen una respuesta política para no tener que emigrar. Los sindicatos afean a Gobierno y Xunta que el convenio para la transición energética justa para As Pontes esté todavía por redactar. Este informe económico de la UDC apunta que los retos de la transición energética y su complejidad requieren “un apoyo fuerte y decisivo de las administraciones”.