La electrificación del parque de automóviles va a influir en la evolución de los precios de las plazas de aparcamiento en España. Desde este verano, una normativa técnica que aplican los bomberos en Barcelona de forma previa a la obtención de las licencias de obras en aparcamientos impide situar estaciones de recarga por debajo de la primera planta de los subterráneos por motivos de seguridad. Esa mera exigencia administrativa local podría ser adoptada por otros municipios y amenaza con ser un serio obstáculo para el desarrollo masivo del coche eléctrico en España.

Precisamente el pasado 13 de julio el Consejo de Ministros aprobó el denominado Perte, el programa para apoyar al vehículo eléctrico que prevé movilizar 24.000 millones de euros en tres años. El sector público aportará más de 4.300 millones y la inversión privada se estima en 19.700 millones de euros. La creación de empleo generada por el Perte podría alcanzar los 140.000 puestos de trabajo. Competencia también ha remitido sus informes sobre este tema.

Según el informe técnico de los bomberos de Barcelona, ningún sistema de carga rápida de vehículos eléctricos se puede situar “por debajo del subterráneo primero ni por encima de la primera planta” en el caso de los aparcamientos subterráneos. Esa exigencia, explican, se amplía también al almacenamientos de baterías y hasta a la utilización del aparcamiento como zona de distribución logística de mercancías.

Según los expertos en seguridad de los bomberos “está demostrado que los incendios en vehículos eléctricos presentan unos factores diferenciales desfavorables en relación a los vehículos convencionales de combustión interna”. Entre esos factores, destacan la mayor posibilidad de propagación de cualquier incendio a los vehículos próximos; la posibilidad de desestabilización de las baterías por motivos diversos, con riesgo de explosión; dificultades para que el agente extintor llegue al interior de las baterías; que apagar el incendio de un vehículo eléctrico puede alargarse muchas horas, y hasta días, lo que comporta la utilización de miles de litros de agua; y en definitiva, operaciones de extinción más complejas y mayor nivel de riesgo para los equipos de intervención, ya que son incendios muy virulentos que crecen con velocidad.

Fuentes del Gobierno miran la normativa de seguridad con cierta preocupación. Reconocen que en la práctica la recarga de automóviles eléctricos “implica normativa de distintas administraciones” y en el futuro será necesario coordinar y unificar la regulación.

La aplicación de las exigencias de seguridad abre incertidumbres en el mercado de plazas de párking y alarma a un sector del pupilaje que durante el pasado año sufrió especialmente los efectos de los confinamientos y empezaba a tener esperanzas en diversificar el negocio con estaciones de recarga y habilitación de espacios logísticos.

La rentabilidad de los garajes en España en junio de 2021 se situó en un 8,7%, 1,2 puntos menos que en 2020 (9,9%), según el estudio La rentabilidad de los garajes en España en 2021. El comprar plazas de aparcamiento suele ser recurso del pequeño inversor, al suponer una aportación de ahorros moderada y retornos de lo aportado sin excesivas complejidades. Además, con la pandemia ganó peso la idea de que pese a las presiones de la movilidad sostenible buena parte de los ciudadanos van a preferir el transporte privado para eludir contagios. Así, las plazas de alquiler han sido de fácil comercialización en general aunque el coste varía mucho en función de la zona y de la localidad en la que se sitúen.

La cuestión es que en el futuro, las diferencias de precio de los aparcamientos diferirán más, en función de la posibilidad de instalar o no una estación de recarga rápida (un enchufe sencillo siempre será posible).