El Gobierno prevé aprobar mañana algunas de las medidas destinadas a paliar los efectos de la subida del precio de la electricidad. Una de ellas consiste en reducir al máximo permitido por las directivas europeas el tipo actual del 5,11%, que grava el consumo eléctrico. Este último es un tributo que recauda el Estado y transfiere a las comunidades, con lo que debería compensarlas si lo rebaja. Otra de las medidas que se analizan es extender la bajada del IVA del 21% al 10%, que ya entró en vigor, durante todo 2022. Mientras, el precio del megavatio por hora (MWh) no para de pulverizar récord tras récord y, tras una leve tregua este fin de semana, encara otra semana al alza.

Hoy volverá a romper su techo al situarse en los 154,16 euros, el precio más alto de la historia y el 6,9% superior al registrado ayer (144,18 euros). Serán 21,5 más que el lunes anterior y casi cuatro veces más que el 13 de septiembre de 2020. Atendiendo a las franjas horarias, la más barata de hoy tendrá lugar entre las 05.00 y las 06.00, cuando bajará a 125 euros. Por el contrario, la más cara se dará entre las 20.00 y las 21.00 horas, cuando el precio se disparará a 170 euros.

Como consecuencia de ello y de la batalla política que ha desatado el engorde de una factura básica, el Ejecutivo tiene sobre la mesa otro conjunto de iniciativas. Una de ellas es sacar del recibo de la luz las primas a las renovables para rebajar así el coste en beneficio de los consumidores. Para ello, aprobó en diciembre el anteproyecto de ley para crear un Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, que se debatirá hoy en el Congreso. Se espera que alcance los 7.000 millones .

Otra de las medidas impulsadas por el Gobierno es un anteproyecto de ley, aprobado el pasado mes de junio, para limitar los beneficios de las centrales nucleares e hidroeléctricas por el alza de los derechos de emisión de CO2, los conocidos como beneficios caídos del cielo. Ambas tecnologías reciben una retribución que se carga a los consumidores a través de la factura de la luz para que hagan frente al coste de emisión de CO2, pese a que ninguna de las dos emite este tipo de gas. En total supone un recorte para las grandes compañías eléctricas de 1.000 millones, que permitirá abaratar los recibos de la luz.