Hace ya un año y cuatro meses que Alcoa anunció su intención de cerrar su última fábrica de aluminio en España, la de San Cibrao. El pasado diciembre el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) declaró nulo el despido colectivo echando los planes de la multinacional estadounidense, que desde entonces ha mareado la perdiz con la esperanza de que el Supremo atienda su recurso de casación —está previsto que lo evalúe el 20 de octubre—. La parálisis del proceso de venta desespera a los trabajadores, que hoy mismo reactivan la huelga indefinida. Alcoa reacciona pasando la pelota al Gobierno y le reclama la aprobación de un nuevo marco energético que rebaje su factura de la luz como condición previa a la venta.

“El reto de la energía debe resolverse antes de la transferencia de la planta a un tercero”, expuso ayer la Aluminium Company of America en un comunicado. Alcoa insiste en que necesita “claridad y certeza de que habrá un marco energético competitivo real para un potencial comprador con el fin de evitar los posibles riesgos para la compañía y para los trabajadores que conlleva desinvertir una planta inviable”. De esta manera alude de forma velada a la venta fallida de las fábricas de aluminio de A Coruña y Avilés (actual Alu Ibérica), por la que está siendo investigada por la Audiencia Nacional junto a Parter (el fondo suizo que compró en julio de 2019) y Grupo Riesgo (dueño actual) por presunta estafa. La aluminera sostiene que los problemas en estas factorías —actualmente cerradas de forma temporal por decisión de la Justicia— se derivan de su falta de viabilidad.

Ahora, Alcoa afronta la venta de su última fábrica de aluminio en España (si bien pretende mantener la refinería de aluminio del complejo de San Cibrao) y asegura que “todos los potenciales compradores han pedido garantías en el marco energético o un apoyo financiero muy significativo en sus ofertas”.

O marco energético o a la SEPI

En el mismo comunicado, la multinacional señala que “si el Gobierno no puede garantizar un marco energético competitivo, Alcoa está dispuesta a progresar inmediatamente con la transferencia de la planta a SEPI.” La Sociedad Estatal de Participación Industriales fue la que precisamente la que vendió a Alcoa una decena de fábricas de aluminio en España (incluida la de A Coruña) en la privatización de la empresa pública de aluminio Inespal en 1998. 23 años después, Alcoa está de retirada y busca cubrirse las espaldas para esquivar otra reclamación judicial.