El mercado laboral español mantiene su ritmo de recuperación en el arranque del curso escolar y los indicadores laborales se aproximan cada vez más a la casilla previa a la pandemia, pese a que los datos macro enmascaran algunas debilidades en el proceso de salida de la crisis. Septiembre ha dejado registros récord, con un paro que bajó en 76.113 personas respecto al mes anterior, lo que representa su mayor descenso en un mes de septiembre de la estadística disponible. El desempleo se sitúa así en los 3,2 millones de parados y, pese a que acumula siete meses consecutivos de caídas, todavía suma 178.000 parados más que antes de la Covid; según los datos publicados este lunes por los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social.

Por la banda de la afiliación, España sumó 57.387 nuevos ocupados respecto a agosto, registrando a su vez el segundo mejor arranque del curso escolar en lo que va de siglo. El mercado laboral español vuelve a superar la cota de los 19,5 millones de afiliados a la Seguridad Social y lo hace en un mes especialmente sensible a los ciclos económicos. Pues septiembre deja históricamente registros variados, ya que en momentos de bonanza suele anotar datos positivos y crecimientos de la afiliación y en momentos de contracción arroja estadísticas negativas, con pérdidas de ocupación.

Los buenos registros de empleo que deja septiembre no están exentos de su reverso tenebroso y hay indicadores que revelan algunas debilidades en los cimientos de esa recuperación. Estadísticamente a nivel de afiliación España ya tiene más ocupados que antes del Covid, aunque parte de estos no están activos. Es el caso de los trabajadores en erte, un total de 239.230 empleados a fecha de último día del mes de septiembre. Un número muy por debajo del pico de 3,5 millones de trabajadores que llegaron a estar suspendidos, pero que apenas ha bajado en el último mes. A los que cabe sumar otros 226.000 trabajadores autónomos que están cobrando ayudas Covid debido a sus bajas facturaciones. Es decir, casi medio millón de ocupados está parcialmente inactivo y necesitado de respiración asistida para seguir adelante.

Ese esfuerzo público para sostener el empleo no solo se visibiliza vía prestaciones extraordinarias, sino también en la composición detrás de esta cifra de 19,5 millones de ocupados. Pues las plantillas del sector público han crecido notablemente para atender la emergencia covid, principalmente en sanitarios y docentes, y actualmente hay unos 300.000 ocupados más en la Administración que antes de la pandemia. Una ocupación temporal que presumiblemente se extinguirá a futuro, como es el caso de los 1.000 interinos contratados para reforzar el SEPE y que Hacienda declina renovar.

Otra de las grietas de ese proceso de recuperación es la elevada temporalidad en la que se sustentan las nuevas contrataciones, lo que viene siendo una lacra clásica y archiconocida en España. En septiembre se firmaron 1,9 millones de contratos, nivel muy parecido al del 2019, pero nueve de cada diez fueron temporales y con visos de durar poco. Como muestra, el último día del mes las empresas dieron de baja a 278.216 trabajadores. "Somos realmente un planeta lejano del centro de la normalidad laboral", se ha lamentado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey; en rueda de prensa.