España y Francia suman nuevos aliados a su campaña de presión para reformar el mercado eléctrico europeo y poner coto a la imparable escalada de precios de la energía que supone una “creciente carga” para hogares y empresas. En un comunicado conjunto suscrito por la vicepresidenta y ministra de economía, Nadia Calviño, con sus homólogos de Francia, República Checa, Grecia y Rumanía, los cinco países alertan del dramático aumento durante los últimos meses de los precios del gas y los precios de la electricidad en el mercado mayorista y reclaman una estrategia europea basada en cinco pilares.

En primer lugar, reclaman un enfoque común a nivel europeo, con una caja de herramientas europea -la Comisión Europea ya ha confirmado presentará la próxima semana- que ayude a coordinar las respuestas a nivel nacional para responder de forma inmediata a las subidas de precios. En cuanto al mercado del gas, consideran que Bruselas debería poner en marcha una investigación “para entender por qué los contratos actuales han sido insuficientes”. Además, piden reglas comunes sobre almacenamiento de gas para mitigar el aumento de precios y una mayor coordinación en las compras de esta materia para mejorar la capacidad de negociación europea.

El tercer gran foco de acción para estos cinco países debe centrarse de electricidad en nuestra economía”, argumentan en la declaración negociada en los márgenes de la reunión de ministros de economía y finanzas celebrada en Luxemburgo.

Calviño y sus homólogos europeos también recalcan la importancia de impulsar la independencia energética invirtiendo en la diversificación del suministro energético -“las energías bajas en carbono, como la biomasa, la eólica y la solar, jugarán un papel clave en la diversificación de nuestro suministro energético”, sostienen- y reduciendo la dependencia europea de los países exportadores de gas lo más rápido posible. Por último, no se olvidan del mercado de comercio de derechos de emisiones que consideran “fundamental” para desencadenar la transición energética. “Para brindar a las partes interesadas públicas y privadas la oportunidad de planificar con anticipación y trasladar sus inversiones a actividades con bajas emisiones de carbono, debemos garantizar un precio del carbono más predecible y evitar una volatilidad excesiva”, apuntan