Tomasz Kalenik toma la copa de albariño, la cata y hace un gesto de aprobación. El día es soledado en A Coruña y la fachada acristalada de Palexco baña de luz natural los expositores, que ofrecen vinos, conservas, aperitivos... “He venido de Polonia con una idea clara: incorporar a mi catálogo un Rías Baixas”, explica el dueño de Winers. Kalenik es uno de los 70 importadores de 30 países que ayer se dieron dieron cita con 80 empresas gallegas en la octava edición de Exporpymes. El evento de internacionalización de la Cámara de Comercio de A Coruña vuelve a la presencialidad después de que el año pasado el COVID obligara a ceñirlo al online. Esta vez, la modalidad es mixta y a la feria tradicional de ayer le seguirá hoy una jornada virtual.

“El comercio exterior es una ventana”, afirmaba la conselleira do Mar, Rosa Quintana, en la inauguración de la feria. “Una ventana que aporta luz y visibilidad hacia fuera”, ahondaba en la metáfora la responsable autonómica en materia pesquera, convencida de que ese “soplo de aire fresco” de la internacionalización empieza ya a oxigenar al tejido empresarial gallego tras la asfixia del último año y medio.

Albania, Alemania, Bélgica, China, Colombia, Dinamarca, Egipto, Eslovaquia, Estonia, Etiopía, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Irlanda, Italia, Japón, Marruecos, México, Nicaragua, Níger, Noruega, Paraguay, Polonia, Reino Unido, República Checa, Turquía, Ucrania y Venezuela. Son la treintena de países de cuatro continentes que participan en esta edición de Exporpymes y en los que se podrán vender, si prosperan los contactos, los productos de las cerca de 30 pymes gallegas del sector de la alimentación, las 40 del de las bebidas y 10 de la construcción que asiten a la feria.

En muchos casos los importadores llegan directamente de sus países; en otros, son empresas españolas que se dedican a surtir a otros mercados. Es el caso de Sonia Cortés, una catalana en busca de productos artesanos para el mercado gourmet de Alemania. “Los empresarios gallegos son gente seria, tenemos muy buena experiencia trabajando con productores gallegos y estamos buscando nuevas propuestas”, explica la importadora después de interesarse por una empresa que ofrece elaborados de porco celta y por las afamadas patatas coruñesas Bonilla. “Ellos ya tienen dos importadores en Alemania...”, señala respecto a las chips. “Buscamos productos para un nicho de mercado y con los que podamos diferenciarnos de la competencia. He visto algunos que me interesan, ahora veré los precios y si encaja probaremos”, explica Cortés.

Después de que la pandemia obligara a marcar las distancias, los sabores, los olores y las conversaciones cara a cara volvieron ayer a Palexco, donde se celebró esta vez Exporpymes dado que Expocoruña, localización habitual del evento, se convirtió este año en el vacunódromo coruñés.

El presidente de la Cámara, Antonio Couceiro, recordaba en su discurso de apertura que la pandemia de coronavirus ha supuesto “una etapa complicada para la venta en el exterior”, pero se mostraba también convencido de que se abre un nuevo tiempo y que esta feria —que alabó como “ejemplo de colaboración institucional”— servirá para “fomentar la presencia de empresarios gallegos en el extranjero”.

Exporpymes está organizada por la Cámara de Comercio coruñesa y cofinanciada por los fondos Feder, el Concello de A Coruña, la Diputación Provincial de A Coruña y la Xunta a través de la Consellería do Mar y del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape).

El concejal de Empleo, Jesús Celemín, destacó que la pandemia se cebó con pymes y autónomos, por lo que es “fundamental” apoyar cuentas iniciativas contribuyan a su recuperación económica. En la jornada de ayer, A Coruña regresó al mapa físico del comercio exterior y los negocios volvieron a cerrarse al fin, cara a cara con un apretón de manos.

Stand de Bonilla en Exporpymes. | // ARCAY/ROLLER AGENCIA

“Pasamos de exportar el 2% al 15% a partir de ‘Parásitos”

“Es tremendo, estamos en una fase de expansión internacional muy importante y ahora mismo nuestro objetivo fundamental es mantener la calidad del producto y seguir dando el nivel”, explica el responsable de marketing de Bonilla a la Vista, Diego García. El destino internacional de la mítica compañía coruñesa de patatas fritas cambió cuando el mercado coreano descubrió la receta tradicional de la familia Bonilla: buen aceite, buenas patatas y sal marina. “Corea del Sur es un mercado de snacks súper potente y hace unos años vinieron a España en busca de algo artesanal y nos encontraron a nosotros”, relata García. Entonces la empresa empezó a exportar al país asiático y un fotograma lo cambió todo. “Desde que salimos en la película [la oscarizada Parásitos, de Bong Joon-ho, 2019] fue una locura. Antes exportábamos a dos o tres países y el mercado internacional suponía entre el 2% y el 3% de nuestra facturación, y ahora estamos en 20 mercados y la exportación ha alcanzado un peso del 15% en nuestra cifra de negocio”, detalla Diego García desde el stand de Bonilla en la feria Exporpymes. “Siempre está bien seguir conociendo gente y haciendo contactos”, zanja.

Stand de A Castrexa en Exporpymes | // ARCAY/ROLLER AGENCIA

“Durante la pandemia tuve que dejar de vender en Japón”

Paula Patiño envasa porciones de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo en tarros de cristal. Esta cambresa es la artífice de A Castrexa, una marca de alimentos que busca acercar las tradiciones de Galicia a consumidores exigentes que quieren probar nuevas experiencias. “Vendo muy poco fuera, que así estoy buscando contactos para salir al extranjero”, señala Patiño desde su expositor de Exporpymes. A Castrexa exportaba en los últimos años a Portugal y también a Japón, pero la pandemia de coronavirus truncó el negocio exterior de esta innovadora microempresa coruñesa. “El importador japonés venía a recogerme los productos a la fábrica, porque yo no tengo capacidad logística para encargarme del envío, y con el COVID dejó de venir y tuve que dejar de vender en Japón”, explica Paula Patiño. La empresaria, que acudió a la feria con un brazo escayolado, se muestra dispuesta a poner toda la carne en el asador para reactivar el negocio y además de los productos alimentarios artesanos que vende envasados se ha lanzado con un negocio de ecoturismo al pie del Camino de Santiago.

Stand de Celme en Exporpymes. | // ARCAY/ROLLER AGENCIA

“Apostamos por lo ecológico para internacionalizarnos”

Las botellas de vino destacan en la zona de exposición de Exporpymes. Los caldos son uno de los productos más fáciles de exportar pero la competencia es grande y por tanto es necesario diferenciarse para encontrar hueco en el mercado internacional. Es lo que intenta Jorge Alonso con Adegas Celme. Este ourensano y su pareja, ambos ingenieros industriales, se lanzaron en 2016 al negocio de la uva y desde entonces están volcados en lograr una gran cosecha con la que abrirse camino. “Nosotros dos lo hacemos todo, podamos, somos comerciales, administrativos...”, explica Alonso desde su stand. Añade que por ahora aun no venden fuera del país, pero sí confían en comenzar a hacerlo y para destacar en el mercado internacional tomaron una decisión hace dos años: “En 2019 empezamos a producir ecológico. Desde el principio hemos tenido vocación internacional y hemos generado algunos contactos pero somos una bodega joven y la gente quiere ver cómo te vas desarrollando. Creemos que el vino ecológico puede tener una buena acogida en mercados como el alemán”, señala Jorge Alonso, centrado en el crecer paso a paso.