Rusia promete incrementar los suministros de gas a Europa y estabilizar este mercado ante el riesgo de que la persistencia de los altos precios del combustible se convierta en una espada de doble filo que ocasione a largo plazo graves daños a su economía. “Estamos dispuestos a ello”, a ayudar a Europa, afirmó el presidente ruso, Vladímir Putin, que se mostró abierto a trabajar para “equilibrar” el mercado europeo.