La irrupción de la pandemia de Covid-19 y la fuerte contracción económica que provocó en los Veintisiete obligó a la Comisión Europea a congelar el año pasado el debate sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento -que establece como valores límite un déficit público del 3% del PIB y una deuda pública del 60%- y a dejar en suspenso las reglas presupuestarias hasta 2023. Con la recuperación económica en marcha y el grueso de los países regresando a sus niveles pre-covid, la Comisión Europea reactiva sus viejos planes y relanza la revisión con el objetivo de sacar conclusiones “a tiempo” para 2023, fecha en que volverán a aplicarse las reglas fiscales. 

“No podemos estar satisfechos con el rebote de las economías (…) Necesitamos cambios porque ninguno de lo problemas que pusimos sobre la mesa cuando lanzamos la revisión son irrelevantes. Al contrario, algunos de los problemas son más acuciantes”, ha reconocido el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, durante la presentación. Entre las vulnerabilidades sin resolver, y que la crisis del Covid-19 ha agravado, Bruselas destaca un aumento de las desigualdades y los desequilibrios macroeconómicos así como una elevada deuda pública que se ha disparado como consecuencia del ingente apoyo fiscal de los gobiernos y que, al igual que el déficit público, se situará por encima de los niveles prepandemia en los próximos años

“El fuerte apoyo fiscal anticíclico, estimado en el 19% del PIB entre 2020 y 2022 ha sido esencial para sostener nuestros sistemas de salud y mantener a nuestros trabajadores empleados. Hicimos lo correcto pero también ha llevado a mayores niveles de deuda, del 100% de la media de la zona euro”, ha explicado el italiano que considera “clave” reflexionar colectivamente sobre cómo deben las reglas fiscales para garantizar una reducción gradual de la deuda, realista y compatible con una estrategia de crecimiento sostenible, sin que nadie vea al fantasma de la austeridad. Una batalla en la que norte y sur de Europa no caminan de la mano y que genera fuertes tensiones.

Consulta hasta finales de año

El documento elaborado por la Comisión, con 11 preguntas, no incluye propuestas concretas ni menciona qué hacer con las dos grandes reglas del pacto, pero sí ofrece algunas pistas sobre el camino que deben seguir los gobiernos de la Eurozona para lograr “la cuadratura del círculo” en la era pospademia. Es decir, “reducir la deuda publica e impulsar la inversión”, ha señalado el vicepresidente, el letón Valdis Domvrovskis. Bruselas reconoce que reducir “los coeficientes de deuda pública elevados y divergentes de una manera sostenible y favorable al crecimiento será un desafío clave después de la crisis”, lo mismo que evitar diferentes fiscales persistentes entre los Estados miembros, preservar condiciones de financiación favorables para los sectores público y privado y evitar episodios de estrés en los mercados. 

Bruselas también recomienda una reflexión sobre el papel de la gobernanza a la hora de incentivar las inversiones. “Fomentar la inversión pública verde, digital y que mejore la resiliencia merece una atención especial dados los desafíos a largo plazo que enfrenta nuestra economía”, sostienen, sin precisar si esto significa excluir del gasto público estas inversiones, tal como reclaman algunos países. “Claramente lo que podemos decir es que la cláusula de oro es una de las opciones que se están barajando”, ha indicado el político letón subrayando también la importancia de simplificar las reglas del Pacto. “Necesitamos normas más sencillas para tener indicadores que se puedan observar mejor”.

El paso siguiente será una consulta pública en la que todas las partes interesadas podrán presentar su posición. “Queremos escuchar opiniones e ideas y construir un consenso y que haya una apropiación para una vigilancia económica eficaz”, alega Dombrovskis que considera que “las normas fiscales solo funcionarán si todos están de acuerdo y las respetan”, admite. Esta consulta pública se prolongará hasta el 31 de diciembre. La siguiente fase llegará en el primer trimestre de 2022. Será entonces cuando el Ejecutivo comunitario presente sus propias orientaciones a los Estados miembros sobre la política presupuestaria para 2023 para ayudarles en la preparación de sus planes. Solo después llegarán las propuestas para reformar las reglas fiscales con el objetivo de lograr un consenso antes de que desactivar la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.