El Ministerio de la Seguridad Social ha presentado a patronal sindicatos su primera propuesta para costear las pensiones de la generación del 'baby boom'. La vía planteada por el ministro José Luís Escrivá para amortiguar el incremento esperado en el gasto en prestaciones es subir las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores durante su vida laboral. El planteamiento es aumentar 0,5 puntos dichas contribuciones durante una década, para así alimentar la hucha en pensiones; tal como ha avanzado El País y ha podido confirmar El Periódico de Cataluña. Es decir, el trabajador dejará de ingresar parte de su sueldo y/o el empresario deberá asumir mayores cuotas.

Esta subida de cuotas -si se acaba aplicando y pasa el trámite del Congreso- imperaría hasta el 2032. A partir de entonces, la propuesta de la Seguridad Social es revisar cada tres años cuánto gasta España en pensiones en función de sus PIB, ver si dicho gasto aumenta por encima de las previsiones y a partir de ahí abrir una sucesión de reacciones. Primero, agotar esa hucha de las pensiones que se ha venido alimentando durante los 10 años previos. Segundo: "minorar el porcentaje de gasto en pensiones en términos de PIB" -según recoge el texto-; es decir, un recorte en las pensiones. Y, tercero, barajar un aumento ya fijo de las cotizaciones sociales de los trabajadores.

La propuesta del nuevo 'Mecanismo de Equidad Intergeneracional' es una versión inicial, no hay nada pactado y las partes están convocadas de nuevo el próximo lunes 8 de noviembre para avanzar en las negociaciones. Escrivá desvela así sus cartas para sustituir la fórmula del factor de sostenibilidad aprobada por el PP (y derogada por el actual Gobierno hace unos meses). Si los populares querían cuadrar las cuentas, ante un aumento del número de pensionistas con mayores pensiones, por la vía de pagar menores prestaciones; el Ejecutivo de coalición aspira a hacerlo mediante mayores ingresos a las arcas públicas. Por la vía de que los futuros pensionistas paguen más cotizaciones durante una parte de su vida laboral. De momento y no antes del 2032, el actual Gobierno no contempla invertir menos en pensiones.

¿Qué significa subir 0,5 puntos las cotizaciones? Realizando un ejercicio hipotético, un trabajador percibe un sueldo medio en España, que ronda los 2.000 euros mensuales brutos (24.395 euros, según el último dato de la Encuesta de Estructura Salarial del INE), tendría que pagar unos 10 euros más al mes en cotizaciones. En el caso de un 'mileurista', las cotizaciones subirían unos 5 euros. ¿Quién asumirá ese incremento de 0,5 puntos de cotizaciones? Ese es un elemento que deberá seguir su curso en la negociación y no está fijado, por ahora. Y quien asumirá cada qué será uno de los caballos de batalla de la negociación: o los trabajadores perderán algo de sueldo y/o las empresas deberán pagar más al erario público para mantener los mismos sueldos.

La propuesta de Escrivá pretende crear una nueva 'hucha de las pensiones', que se iría alimentando a base de esas nuevas contribuciones. El compromiso manifestado por Seguridad Social a las partes es que este es un mecanismo "contingente" y "transitorio" y que si finalmente esos recursos extra no son necesarios para pagar las pensiones futuras, se retornarán a los cotizantes afectados. Ya sea vía rebaja de cotizaciones o a través de un incremento puntual de la pensión, lo que vendría a ser una 'paguilla'.

Revisión cada 3 años del gasto

Actualmente España gasta cada año en las nóminas de pensiones el equivalente del 12% del PIB. Y las últimas previsiones de la Comisión Europea -vía Ageing Report- es que dicho porcentaje vaya subiendo hasta alcanzar un pico en 2050 del 13% del PIB. Ante la perspectiva de que el gasto público en pensiones vaya subiendo, el Gobierno se encontraba ante la disyuntiva de elegir entre más ingresos para financiar el sistema yo menos gastos. En la primera propuesta ha escogido la vía de los ingresos, tal como le reclamaban los sindicatos.

La primera parte de la reforma en pensiones se cerró en verano y dejó dos grandes cambios. Por un lado, las pensiones subirán a partir de ahora en función de cómo suba el IPC, asegurando el poder adquisitivo de los pensionistas. Lo que supone un mayor gasto. Y, por el otro, se desincentivas las prejubilaciones y se incentiva trabajar más años. Lo que supone un mayor ingreso para las arcas de la Seguridad Social. El segundo asalto de la reforma de Escrivá pretende ahondar en esa segunda línea: más ingresos, sin rebajar por ello las pensiones. Y ante ese cóctel de ingredientes la solución que ha puesto en negro sobre blanco en ese primer borrador es que los futuros pensionistas paguen más antes de ser pensionistas.

No será el último asalto, de hecho, no es una propuesta cerrada y se espera que durante las dos próximas semanas los negociadores se vuelquen en modificar la fórmula final. Pues Escrivá se ha guardado una carta bajo la manga en caso de que las actuales medidas sobre la mesa no sean suficientes para evitar un gasto por encima de las previsiones en pensiones en relación del PIB. Y cada tres años, a partir del 2032, el Gobierno -el que esté en ese momento- podrá reabrir este debate con la patronal y los sindicatos para evaluar cuánto se está gastando en pensiones.