El Tribunal General de la Unión Europea ha avalado este miércoles la multa de 2.424 millones de euros impuesta por la Comisión Europea a Google hace cuatro años, en junio de 2017, por abuso de posición dominante en las búsquedas por internet. La decisión, que todavía puede ser recurrida todavía ante el Tribunal de Justicia de la UE, da oxígeno a la vicepresidenta y responsable de competencia, Margrethe Vestager, y avala su estrategia contra el gigante estadounidense.

La justicia europea desestima así el recurso de la empresa californiana contra la primera de las tres multas impuestas por los servicios de la competencia comunitarios en los últimos cuatro años, y que en total suman más de 8.200 millones de euros. Según el Tribunal General, el problema en este caso no es la posición dominante de la empresa en sí, incluso de una con un tamaño como el de Google o que planee expandirse a un mercado vecino, sino el hecho de que, al favorecer su propio servicio de comparación de precios en sus páginas de resultados generales, mediante un posicionamiento privilegiado, relega los resultados de los compradores de la competencia a través de algoritmos de clasificación lo que conduce a un debilitamiento de sus rivales. “Google se apartó de la competencia por sus propios méritos”, señala la sentencia.

El fallo, que todavía puede ser recurrido ante el Tribunal de Justicia de la UE en un plazo de dos meses y diez días aunque limitado a cuestiones de derecho, también incide en que el gigante estadounidense favorece a su propio comprador respecto a los de sus rivales y no la obtención de un mejor resultado respecto a otro. Es decir, incluso si los resultados de la competencia fueran más pertinentes no se beneficiarían de un tratamiento similar al que obtienen los resultados obtenidos con el servicio de Google en lo que respecta al posicionamiento y visibilidad.

Los jueces también señalan que la multinacional no ha demostrado que la eficacia de su sistema compense los efectos negativos sobre la competencia y rechazan el argumento de que no deben ser objeto de ninguna sanción. El Tribunal General subraya en especial el “carácter particularmente grave de la infracción” y advierte que la conducta cuestionada "fue adoptada intencionalmente, no por negligencia”, por lo que consideran que el montante impuesto por Vestager debe ser confirmado.

Primera multa récord

Se trata de uno de los tres grandes contenciosos abiertos por Bruselas contra la multinacional californiana. Tras siete años de investigación, la Comisión Europea decidió en junio de 2017 -la investigación se lanzó con Joaquín Almunia como comisario de competencia en noviembre de 2010- que disponía de elementos suficientes para acusar a Google de posición dominante en el mercado de las búsquedas de internet al favorecer su sistema de comparación de precios (Google shopping) en detrimento de sus rivales. La empresa se lanzó en este negocio en 2004 de la mano de un producto llamado Froodle que en 2008 rebautizó como Google Product Search y finalmente Google shopping en 2013. Este servicio permite comparar el precio de productos y precios en internet y encontrar ofertas de minoristas en línea tanto en tiendas virtuales como en plataformas como eBay o Amazon.

Dada la posición dominante en el mercado de la búsquedas de carácter general en internet de Google -tiene el 90% de la cuota de mercado en la mayoría de los Estados miembros desde 2008- la compañía puede colocar sistemáticamente en un lugar destacado su servicio y relegar el de sus rivales. Una estrategia que, según alegó la Comisión Europea, inauguró en Alemania y extendió a 13 países. El resultado más clics en el comparador de Google y una multa récord de 2.424 millones.

Dos multas más y otra investigación

Esta sanción fue superada un año después por una segunda multa de 4.340 millones por abuso de posición dominante en el mercado a través de su sistema operativo Android, utilizado por más del 80% de los teléfonos inteligentes, al imponer restricciones que Bruselas considera ilegales. La multinacional californiana también ha recurrido esta segunda decisión en septiembre pasado. A estas dos multas se suma una tercera de 1.490 millones impuesta por Bruselas en marzo de 2019 por prácticas anticompetencia al aprovecharse Google de su posición dominante en el mercado de la publicidad a través de su servicio Adsense for Search. 

Estos tres casos no son los únicos que tiene en el punto de mira Vestager. En junio pasado, los servicios de la competencia abrieron otra investigación para determinar si el gigante de internet ha violado las normas de la competencia europeas al favorecer sus propios servicios de tecnología de publicidad gráfica en línea, en detrimento de otros proveedores, anunciantes y editores en línea. El objetivo: determinar si Google está distorsionando la competencia al restringir el acceso de terceros a los datos del usuario con fines publicitarios en sitios web y aplicaciones, al tiempo que reserva dichos datos para su propio uso.

La Comisión Europea ha celebrado el fallo y ha avisado que seguirá utilizando "todas las herramientas a su alcance" para abordar el papel de las grandes plataformas digitales", ha dicho una portavoz.

Google, por su parte, asegura que "los anuncios de 'Shopping' siempre han ayudado a las personas a encontrar aquellos productos que estaban buscando de una manera rápida y sencilla y a los comerciantes a alcanzar a potenciales compradores. Este dictamen es sobre hechos muy específicos y aunque lo vamos a mirar con mucho detalle, ya realizamos cambios en 2017 para cumplir con la decisión de la Comisión Europea. Estos cambios han funcionado de manera exitosa generando mil millones de clics para más de 700 servicios de comparación de precios."