Gobierno y sindicatos pactan subir las cuotas el 0,6% con la patronal en contra

El alza de las cotizaciones será durante 10 años y Escrivá espera llevar 50.000 millones a la ‘hucha’ de las pensiones para atender el mayor gasto por la jubilación de los ‘baby boomers’

Dos mayores en un 
banco en un barrio
de Barcelona. |   // F. N.

Dos mayores en un banco en un barrio de Barcelona. | // F. N. / GABRIEL UBIETO

GABRIEL UBIETO

Barcelona

El Gobierno y los sindicatos cerraron ayer un acuerdo para subir las cotizaciones sociales de los trabajadores y costear así las futuras pensiones, según hizo público la Seguridad Social en un comunicado. La patronal, por su parte, se desmarcó del pacto y rubricó su segundo gran no al Gobierno en el último mes y medio, tras el rechazo a apoyar la subida del salario mínimo de 950 a 965 euros para este año.

El Ministerio de Seguridad Social y las centrales siguieron limando detalles y acabaron por concluir las conversaciones poco después de las seis de la tarde. Las cotizaciones finalmente subirán 0,6 puntos durante 10 años, a partir de 2023 y hasta el 2032. Y el reparto será de 0,5 puntos a cargo de la empresa y 0,1 puntos para el trabajador.

El efecto en el bolsillo de empresas y trabajadores de esta medida será el siguiente, tomando como ejemplo un caso práctico. Para un trabajador que cobra el sueldo medio en España, unos 2.000 euros brutos al mes, la empresa deberá pagar algo menos de 10 euros más al mes y el empleado verá descontado de su sueldo neto algo menos de 2 euros más al mes.

Contra reloj

Las negociaciones han evolucionado contra reloj y en menos de dos semanas el Gobierno cerró el acuerdo para este nuevo mecanismo para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social. El equipo del ministro José Luis Escrivá se lo presentó a los agentes sociales el pasado 3 de noviembre y avisó que ayer cerraría las conversaciones con o sin el apoyo de los agentes sociales. Finalmente el acuerdo cuenta con la firma de CCOO y UGT, no así de la patronal. Ahora el Ejecutivo lo llevará el Ejecutivo al Congreso y lo añadirá vía enmienda a la ley de pensiones que ya está en trámite. Y que contiene, entre otros, que las pensiones suban cada año en función de lo que suba el IPC y el paquete de penalizaciones para la prejubilación e incentivos para alargar la vida laboral más allá de la edad legal de jubilación.

Ese aumento de los ingresos busca alimentar una hucha de las pensiones para amortiguar el progresivo incremento del gasto público en la nómina de pensiones cuando paulatinamente se vaya jubilando la generación del baby boom. El objetivo es recaudar unos 2.600 millones de euros anuales, que, sumado a los ingresos financieros que pudiera generar la gestión de dicho fondo, podría dejar una cifra final de unos 50.000 millones de euros para el 2032, según los cálculos oficiales de la Seguridad Social.

La patronal se desmarca

Los empresarios no han estado conformes desde el primer momento en asumir un aumento de los costes laborales. El planteamiento del actual Gobierno era apuntalar el sistema público de pensiones por la vía de mayores ingresos, no por la vía de reducir el gasto como planteó el PP. La propuesta que Escrivá finalmente consensuó con las centrales contempla un aumento de las cotizaciones sociales en 0,6 puntos entre el 2023 y el 2032. Y, en la última reunión, la Seguridad Social puso encima de la mesa tres opciones para repartir entre empresarios y trabajadores de ese incremento de costes, según explicaron fuentes del diálogo social. Una opción contemplaba un reparto equitativo, tres décimas para empresa y tres décimas para trabajadores. Otra era de cuatro décimas para la empresa y dos para los trabajadores. Y la tercera era de cinco décimas para la empresa y una para los trabajadores. Finalmente y tras el descuelgue de la patronal, se acabó imponiendo esta última, la menos favorable para los empresarios.

“El Comité Ejecutivo de CEOE ha rechazado hoy la propuesta del Gobierno en relación con el Mecanismo de Equidad Intergeneracional de las pensiones”, reza el comunicado emitido ayer por la patronal española. La CEOE se queda fuera de esta parte del acuerdo para sustituir el factor de sostenibilidad aprobado —que nunca llegó a implementarse— por el PP. Desde la Seguridad Social cerraron con ellos las conversaciones y las prosiguieron bilateralmente con los sindicatos, sin introducir cambios de peso en el formato final. Escrivá se mostró crítico con la patronal, reprochándole que “no ha presentado ningún elemento añadido” durante las conversaciones. Y rechazó que este aumento de las cotizaciones vaya a lastrar la creación de empleo, como asegura la patronal. “No lo tendrá, [...] en España el coste laboral por hora trabajada es de 21 euros y la media de la Unión Europea está entre 25 y 26 euros. Llevamos casi una década sin subir costes laborales”, declaró ante los periodistas poco después de anunciarse el acuerdo.

La segunda pata del acuerdo en pensiones cerrado ayer abre un escenario poco definido. Este se activaría en caso de que las medidas oficializadas hasta ahora de la reforma Escrivá no consigan equilibrar las cuentas de la Seguridad Social ante la jubilación de los baby boomers. Es decir, que el gasto público supera las previsiones que periódicamente irá revisando el Ejecutivo. En dicho caso y previa negociación con los partidos con representación en el Pacto de Toledo y los agentes sociales, el Gobierno se compromete a negociar nuevas medidas que “se dirijan bien a reducir el porcentaje de gasto en pensiones en términos de PIB, bien a incrementar el tipo de cotización u otras fórmulas alternativas para aumentar los ingresos”, según manifestó el Ejecutivo en un comunicado.

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