En tiempos de pandemia, el Black Friday semejaba el mejor aliciente para un desahogo contra los días de mascarillas. Con la compra online al alcance de un clic y la copa de vino al lado, o con una combinación de tiendas físicas y terraceo. Pero las previsiones manejan un Viernes Negro de menor tirón que los anteriores. Según la última edición del Observatorio Cetelem Estacional, que elabora informes sobre consumo en España y Europa, el gasto previsto de los gallegos que tienen intención de comprar el 26 de noviembre no pasa de 210 euros. Se trata de un 19% menos de lo previsto el año pasado.

Impera el miedo a la subida del coste de la vida sobre la tentación de un perfume con descuentos de hasta el 50%. Las cifras siguen estando además por debajo de los tiempos anteriores a la era de la COVID-19, según los datos de esta encuesta online a mil personas mayores de 18 años de edad. Basta con leer la siguiente cifra: el gasto medio destinado en 2019 fue de 302 euros, casi 100 euros más de lo previsto para este año.

Por sectores, los productos más demandados estos días por los consumidores serán los siguientes: moda un 52% y similar al de 2020, calzado y complementos un 35%, y electrodomésticos un 33%.

Y el Observatorio Cetelem, unidad de estudios de BNP Paribas Personal Finance, confirma que recupera posiciones la tienda física. El porcentaje de gallegos que dicen realizar sus compras únicamente a través del canal online se reduce en 12 puntos porcentuales respecto a la misma fecha del 2020 (67%), y se sitúa en un 55%. Parece que regresa la tradicional tarde de bolsas, con ganas de no quedarse en casa.