En el contexto económico en el que nos encontramos, saliendo de una crisis económica sin precedentes provocada por la COVID-19, el colectivo de autónomos necesita, más que nunca, el apoyo de todas las instituciones públicas.

Un anhelo al que por lo visto sólo aspiramos aquellos que creemos que el modelo productivo español es correcto, que lo que hace falta no es cambiar dicho modelo en aras de una mal entendida modernización sino hacer productivo el modelo. En España hay muchas empresas y autónomos que eran completamente viables en marzo de 2020 y que lo serán  con un poco de apoyo.

El 70% de los autónomos no saben qué es la recuperación y un 30% no espera recuperarse hasta 2023. Aún hay noventa y cinco mil autónomos en cese de actividad y 700 mil viviendo una situación muy complicada tras 19 meses de pandemia.

Y el resto de lo que nos rodea desgraciadamente no es muy positivo. 2022 volverá a ser un año complicado, la inversión privada sigue en números rojos, no llegaremos al PIB precrisis ni alcanzaremos las perspectivas que se ha fijado el Gobierno. Cerraremos con un crecimiento del 4,6 o el 4,8%, lo que significa que no recuperaremos los niveles previos a la pandemia hasta bien entrado 2023. Me preocupa la inflación, la escalada sin precedentes de los costes energéticos, la falta de componentes que estamos teniendo, pero sobre todo ese ímpetu que estamos viendo por subir impuestos, subir cotizaciones, incrementar los costes laborales…

Tendremos que estar atentos a la normativa laboral, porque acabar con la flexibilidad interna puede dañar mucho no solo a la creación de empleo sino al mantenimiento del mismo.

El Gobierno no tiene otra forma ayudar a los autónomos que dándoles un nuevo sablazo. Suben, según los PGE para 2022, las bases de cotización, la mínima de los autónomos persona física de 944€ a 960€ y la mínima de societarios de 1.214€ a 1,234€, lo que supone subirles la cuota entre 95€ y 390€ al año, dependiendo de si cotiza por la base mínima o por la máxima. Pongamos las cifras sobre la mesa, un autónomo societario en base mínima (su mecánico, su gestor…) abonará a partir de enero de cuota a la seguridad social, ingrese lo que ingrese, 377,87€, y un autónomo persona física (su profesor de inglés, su panadero, su fontanero, su taxista), como mínimo 293,94€.

Y por si esto fuera poco, el Gobierno anuncia una subida de las cotizaciones para, según el, garantizar el sistema de pensiones. Nos quieren vender que lo que quieren aprobar es un mecanismo de equidad intergeneracional, que garantizará la sostenibilidad y mejorará del sistema de pensiones, pero esto no es verdad. La realidad es que es una nueva subida de cotizaciones. Como mucho va a recaudar 4.000 millones de euros, que en diez años serán 40.000. Este dinero va a servir para pagar dos mensualidades de pensiones en 2030. Que no nos engañen.

El Gobierno debe poner el foco en eliminar trabas, bajar impuestos y facilitar la actividad a los autónomos y a los nuevos emprendedores. Y, sin embargo, sigue empeñado en ponerle zancadillas a los autónomos y poniendo muy difícil su actividad económica. Toca paralizar la subida de las bases mínimas de cotización, no es el momento, los autónomos primero se tienen que recuperar y después se les podrá exigir mayores cotizaciones.  Es tiempo de apoyar a los autónomos. Si a los autónomos les va bien, a España le irá mejor.