Ignacio Rivera recuerda que cuando él entró a trabajar en la empresa de su bisabuelo la fábrica producía 30 millones de litros de Estrella Galicia al año. En 2020, aún con las barras de los bares cerradas por el COVID, fueron 341 millones de litros. Hijos de Rivera capeó el temporal sin ERTE e incluso aumentó plantilla en plena pandemia (1.252 trabajadores directos, un 1,1% más) mientras veía caer sus ventas (un 10%), pero menos de lo que caían las de sus competidores, y mientras su beneficio (52,9 millones) se desplomaba un 27%. Incluso en ese contexto, el consejero delegado y ahora presidente no dejó de visitar Brasil hasta el encontrar el lugar perfecto para hacer realidad su “sueño” de construir una fábrica en América y de mover las fichas para avanzar en su imparable expansión, al tiempo que la empresa agita la digitalización del sector hostelero.

Ignacio Rivera lo lleva en la sangre. La cerveza corre por las venas de su familia desde hace cuatro generaciones, desde que en 1906 José María Rivera Corral volvió de la emigración en América y abrió en A Coruña La Estrella de Galicia, fábrica de cervezas y hielo que da continuidad a La Estrella de Oro, negocio que tuvo en México.

Más de un siglo después, la empresa está en su cuarta generación, se mantiene en manos de la familia al cien por cien y un bisnieto del fundador capitanea el barco, dispuesto a cruzar de nuevo el charco para hacer las Américas esta vez en Brasil, gran mercado de la cerveza.

Hijos de Rivera tiene 31 filiales en ocho países y vende sus productos en 60 mercados de todo el mundo. Las ventas internacionales oscilan entre el 8% y el 9% de la cifra de negocio de la compañía en los últimos años, pero su primer directivo tiene el firme “propósito de ser global” y prevé incrementar ese porcentaje en los próximos años a partir de la entrada en funcionamiento de la planta de São Paulo, a finales de 2023. En la misma fecha comenzará a operar la factoría de Morás, en Arteixo, que duplicará la capacidad de producción de la que todavía es la única fábrica de Estrella para el mundo, la de Agrela.

En esta fábrica tiene Ignacio Rivera Quintana (A Coruña, 1965) su despacho desde hace tres décadas. Entró en la empresa en 1990 y en 1994 asumió la Dirección Comercial y de Marketing. En 1999 como director general adjunto supervisó el lanzamiento de nuevas marcas. En 2007 pasó a director general y en 2012 a consejero delegado de la empresa. Su perfil de LinkedIn ha sido actualizado ya con el cargo de presidente ejecutivo y CEO de la Corporación Hijos de Rivera.