Algo está cambiando en Silicon Valley. Durante años, los gigantes tecnológicos de Estados Unidos han exportado al mundo una cultura laboral en la que se ha propugnado un culto a la empresa y a la hipereficiencia. Sin embargo, cada vez son más los trabajadores de la industria que se organizan y protestan contra un modelo idealizado tras el que se han dado múltiples abusos. Lo han hecho los empleados de Amazon contra la explotación, los de Google contra el racismo y los de Activision Blizzard contra el acoso sexual. Ahora es el turno de Apple.

El jueves, un grupo de empleados del fabricante de Cupertino, California, anunciaron que irán a la huelga durante Nochebuena. La organización en defensa de los trabajadores Apple Together ha explicado en Twitter que la intención de la protesta es exigir un lugar de trabajo más respetuoso y que la compañía de la manzana cubra y pague las bajas por enfermedad.

Apple Toghether también ha puesto en marcha un fondo en el que piden ayuda económica para poder mantener la protesta contra el gigante tecnológico a flote. Ese fondo es compartido con trabajadores de Netflix que también exigen una mejora de sus condiciones laborales en un país donde el peso de los sindicatos, y por tanto de la representación legal de los trabajadores, es muy limitado.

No es la primera vez que empleados de Apple protestan contra la empresa. En junio, 80 personas denunciaron la decisión de hacerlas regresar a trabajar en la oficina, una decisión aplazada tras la irrupción de la variante ómicron del covid-19. En agosto, un grupo de trabajadores puso en marcha un portal web donde compartir y denunciar malas experiencias. El malestar en Silicon Valley no es algo puntual.