Atrás quedaron los momentos más crudos de la pandemia, en los que la actividad de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) se frenó en seco por la situación sanitaria y el derrumbe de la economía mundial por los confinamientos. El año 2021 se ha consolidado como el de la recuperación de las operaciones corporativas en España, con importantes transacciones como la del gigante de los residuos Urbaser al fondo Platinum, la OPA de IFM sobre Naturgy, la polémica entrada del fondo CVC en LaLiga o la compra del 49% de Reintel (la filial de fibra de Red Eléctrica) por parte de KKR, entre otras.

Las compañías españolas han mantenido el pulso durante la pandemia gracias al balón de oxígeno proporcionado por los créditos avalados por el Estado y los ERTE, a excepción de las que desarrollaban su actividad en los sectores más impactados por el coronavirus (como el turismo o la restauración). Así, los grupos nacionales han mostrado su resiliencia en este tiempo de coronavirus, atrayendo a un importante número de inversores financieros de perfiles muy diversos a diferentes sectores. Esta situación ha consolidado a España como uno de los destinos predilectos de la inversión internacional, que cuenta con empresas líderes en diferentes sectores que además son más baratas que en otros mercados europeos donde los fondos extranjeros llevan años buscando oportunidades.

En palabras de Enrique Gutiérrez, socio director de Financial Advisory de Deloitte, “desde el punto de vista del M&A 2021 ha sido un año muy activo en el mercado español. Todo parece indicar que acabaremos el ejercicio con unos niveles superiores o muy cercanos a los registrados en 2019, lo que demuestra el buen momento del sector, apoyado por la liquidez existente y el impacto positivo del proceso de vacunación en la evolución de la pandemia. 2021 ha confirmado las tendencias vistas en el ejercicio previo como el incremento de las transacciones impulsadas por el venture capital [fondos especializados en ‘startups’] y la constatación del gran apetito inversor de los fondos internacionales en España”.

Bunas perspectivas

En este contexto, los expertos coinciden en que se dan los mimbres para mantener el nivel de actividad en las operaciones corporativas para 2022 e, incluso, batir previsiones. Según Álvaro Revuelta y Jorge Ramos, co-heads de Banca de Inversión de Citi para España y Portugal “tras un año récord como ha sido 2021, en Citi también somos optimistas para el próximo año en el que esperamos que se mantengan altos niveles de actividad. Aunque existen incertidumbres como los costes de la energía, la inflación o posibles subidas de tipos, prevemos que los inversores van a seguir buscando compañías en las que invertir”.

Por el momento, hay varias transacciones de tamaño en España previstas para el 2022, como la venta del negocio químico de Cepsa por 3.000 millones, la del gigante de la fertilidad IVI-RMA por más de 1.500 millones o la venta de una participación minoritaria en Avatel por más de 500 millones, entre otras. Ángel Arévalo, responsable global de Advisory de BBVA Corporate & Investment Banking, justifica los motivos de estas buenas expectativas en varios puntos clave.

Por un lado, "la fuerte liquidez en el mercado, con mucho apetito del lado inversor, y coste de oportunidad creciente ante posibles expectativas de inflación relevante en los próximos meses, además de unas sólidas condiciones de financiación, tanto en el segmento bancario como en el institucional”. A esto hay que añadir, según Arévalo, “la recuperación de ciertos sectores un poco rezagados en 2022, ante expectativas de normalización en el escenario macroeconómico”.

En cuanto a las industrias más atractivas para los inversores, el responsable de Financial Advisory de Deloitte señala que “continuaremos observando un gran dinamismo en los ámbitos relacionados con la tecnología en sentido amplio, la sanidad o el consumo, que serán los sectores que más interés despierten por parte de inversores y fondos de private equity. Adicionalmente, identificamos un importante potencial de consolidación en determinados nichos de algunos sectores como servicios, transporte o educación”.

Redefinición de negocios

A esta situación hay que sumar también el trabajo realizado por las grandes compañías españolas, que una vez que aseguraron su liquidez durante los momentos más duros de la pandemia, se han animado a realizar transacciones en el exterior. Desde Citi confirman esta tendencia y añaden que “los bajos costes de financiación seguirán permitiendo que las grandes empresas españolas puedan seguir realizando adquisiciones fuera de nuestro país”.

Por otro lado, la pandemia del coronavirus ha provocado que las compañías españolas se hayan sumergido en importantes reflexiones estratégicas sobre sus planes a futuro, generando operaciones corporativas a través de la rotación de activos no estratégicos, como ha sido el caso de la venta del negocio de medioambiente de Ferrovial Servicios al grupo alemán Schwartz, las desinversiones acometidas por Telefónica o el traspaso del negocio industrial de ACS a la francesa Vinci. Para el año que viene, se esperan varias como la venta de la depositaría de BBVA por 500 millones o el traspaso de los negocios de Naturgy en Chile.

Sobre esto, el responsable global de Banca de Inversión y Corporativa de BBVA argumenta que “del lado de los corporates, veremos numerosas desinversiones y segregación de activos, dentro de un proceso de redefinición de estructuras de negocio, de cara a afrontar los retos de futuro a los que se enfrentan las compañías en diferentes sectores. Resultará muy relevante encontrar el mejor inversor para cada tipo de negocio, lo que provocará estos procesos de escisión, para concentrar los esfuerzos en aquellas actividades core de cada compañía. Estos procesos además permitirán aflorar valor de ciertos activos y una mejor definición de la estrategia a futuro”.