El año terminaba con la aprobación de la nueva reforma laboral que el Gobierno de Pedro Sánchez quiere poner en marcha este año 2022. Estas modificaciones se han convertido en una apuesta del Gobierno para reducir el empleo temporal y regular las modificaciones que fueran necesarias para mejorar la protección del colectivo de fijos-discontinuos, permitiéndoles el acceso a los subsidios por desempleo en las mismas condiciones que el resto de trabajadores.

La nueva regulación sobre el contrato fijo discontinuo entra en vigor el próximo 31 de marzo de 2022 y sus nuevas disposiciones elevarán sustancialmente las compensaciones a las que estos trabajadores tendrán derecho, en el caso de que la empresa se vea obligada a prescindir de ellos.

Ese apartado establece que los asalariados que se adscriben a esta categoría, "cuentan con el derecho a que su antigüedad se calcule teniendo en cuenta toda la duración de su relación laboral, y no el tiempo de servicios efectivamente prestados". Se trata de un cambio de un gran calado considerando que se trata de empleados cuyas funciones tienen carácter estacional, relacionadas con sectores como el turismo y la hostelería, y se llevan a cabo durante cortas temporadas cada año.

Esta variación encarecerá el despido para unos asalariados que ya tienen derecho a una indemnización equivalente a la de cualquier trabajador indefinido, que oscila entre los 20 días por año trabajado, en el caso del despido procedente, y 33 días si se prescinde de él de forma improcedente. Frente al fijo discontinuo, los trabajadores temporales, aun cuando presentan un status muy parecido en cuanto a su actividad, son indemnizados con 12 días por cada ejercicio trabajado.

Estos contratos tendrán una duración máxima de seis meses. Respecto a los contratos en vigor actualmente, la reforma permite que agoten su duración máxima, en concreto 3 años en total más un cuarto año si está aceptado en el convenio del sector.