Contratos a tiempo parcial, distribución irregular de la jornada, alta tasa de temporalidad y salarios bajos integran el cóctel de “precariedad” que denuncian los trabajadores de los centros de llamadas de A Coruña, al que suman los gastos del teletrabajo desde la pandemia. Son teleoperadores que atienden a clientes de grandes bancos, eléctricas, aseguradoras o telecos desde contact centers como Konecta, Avos, DxC Technologies o Teleperformance en el polígono de Agrela. A las puertas de todos ellos se concentraron ayer delegados sindicales de la CIG para exigir a la patronal “un convenio digno”.

El acuerdo que marca las condiciones laborales del sector lleva dos años caducado (desde diciembre de 2019) y la parte social acusa al empresariado de “falta de interés” e “inmovilismo” en unas negociaciones que no avanzan. Entretanto, los sueldos están congelados, el coste de la vida sube (2021 cerró con una inflación histórica del 6,7%) y los teleoperadores pierden adquisitivo en unas nóminas ya de por sí ajustadas. “Los salarios en este sector están a punto de ser superados por el SMI [salario mínimo interprofesional]”, alerta Patricia Cordo, empleada de Extel y coordinadora sindical del sector de telemarketing en la CIG.

La central sindical líder en Galicia calcula que los teleoperadores han perdido más de 10.000 euros en los últimos once años por estar sometidos a convenios “precarios” con subidas por debajo de la inflación.

A 500 euros anuales del SMI

Según sus cálculos, si las empresas del sector hubiesen aplicado el IPC —incluso teniendo en cuenta los años con tasas negativas— en lugar de las subidas pactadas por convenio, el salario anual de un teleoperador especialista sería hoy de más de 16.000 euros, casi 2.000 euros más que el actual, que se sitúa en unos 14.000 euros. El salario mínimo para este año está fijado en 13.510 euros brutos anuales.

La protesta de los teleoperadores continuará el 8 de febrero en Ourense, el 22 del mismo mes en Lugo y el 15 de marzo en Santiago.