El Ministerio de Trabajo aboga por subir el salario mínimo interprofesional (SMI) de los actuales 965 a 1.000 euros brutos al mes (en 14 pagas). Son 35 euros de incremento para este 2022 y con carácter retroactivo a 1 de enero, según confirmaron fuentes gubernamental. Así se lo trasladó la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz a patronal y sindicatos en la reunión que mantuvieron ayer. Si bien los sindicatos inicialmente avanzaron que la propuesta que se les había hecho era de 996 euros, en coherencia con la senda de incrementos del año anterior, posteriormente fuentes del equipo de Díaz matizaron que su oferta es llegar a la simbólica cifra de 1.000 euros.

Ahora los agentes sociales deberán estudiar la propuesta en sus respectivos órganos directivos, mañana vuelven a reunirse las partes para cerrar el dato definitivo de incremento y la intención de Trabajo es llevarlo al Consejo de Ministros del martes que viene y con efecto retroactivo a 1 de enero. Casi dos millones de trabajadores perciben actualmente el SMI, casi el 10% de la población trabajadora.

Díaz se ubica con los 1.000 euros en las posiciones sindicales, que le exigían llegar a esta cifra. Y, a su vez, en contra de las pretensiones de la patronal, que le pedía no llegar a los cuatro dígitos. “A mí me gustaría tener un salario de 1.000 euros. [...] Ojalá seamos capaces de encontrar puntos de encuentro”, declaró la vicepresidenta segunda tras reunirse con los agentes sociales. Una posición que es de todo el Gobierno, a diferencia de la negociación del año pasado, tal como manifestó la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

“Esa es la cifra [los 1.000 euros] que hemos barajado en el Gobierno, pero hemos de dar una oportunidad al diálogo social [para conocer su opinión] antes de tomar una decisión que esperamos adoptar lo antes posible”, afirmó ayer. “Lo de los 1.000 euros lo veo complicado”, decía la semana pasada el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Hoy la cúpula de la patronal se reúne para valorar la propuesta del Ejecutivo, que dista de las pretensiones empresariales. De descolgarse, sería el segundo año consecutivo que el Gobierno sube el SMI sin el beneplácito patronal, que ha visto como este suelo salarial ha subido el 31% en el último lustro. La competencia de subir o no el salario mínimo es exclusiva del Gobierno y la negociación es meramente consultiva. Así que la última palabra la tiene el Consejo de Ministros.

Las centrales, por su parte, instaron al Gobierno a cerrar pronto la subida, con o sin el visto bueno de la patronal. “El miércoles, con o sin acuerdo, las negociaciones sobre el salario mínimo quedarán concluidas”, afirmó la negociadora de CCOO, Mari Cruz Vicente. “La subida tiene que ser con carácter retroactivo desde el 1 de enero”, insistió su homólogo de UGT, Mariano Hoya.

Sin prórroga de los ERTE

Díaz también se pronunció sobre los ERTE COVID, cuya prórroga vence el próximo 28 de febrero y que en enero cubría a 105.043 trabajadores. “No es necesario prorrogar los ERTE, […] ya forman parte del Estatuto de los Trabajadores”, declaró. Las empresas que actualmente tengan un expediente COVID deberán dirigirse a la autoridad laboral para registrar un nuevo expediente, con las nuevas exoneraciones y supuestos aprobados en la reciente reforma laboral. O bien el Gobierno podría habilitar algún mecanismo puente para que las compañías transiten de un sistema al otro, pero lo que no habrá es una nueva prórroga como hasta ahora.

Yolanda Díaz, ¿presidenta?: “Aún no he tomado esa decisión”

La vicepresidenta fue la protagonista del programa Salvados el pasado domingo por la noche, una entrevista que se realizó poco después de que se aprobara la reforma laboral “¿Se puede permitir este país dos grandes tongos en una misma semana?”, preguntó Gonzo, a lo que ella respondió riéndose: “Tanxugueiras...”, haciendo referencia a la polémica votación del Benidorm Fest. Yolanda Díaz hizo balance sobre la política actual: “Cualquier serie televisiva es superada por la realidad política. He visto los elementos más primarios del ser humano. Grandísimos amores, odios, envidias... Y no me gusta”, confesó. A la vez que admitió que sufre ser “la mujer más presionada o una de las mujeres más presionadas de este país”. Gonzo reconoció que quería entrevistarla para resolver principalmente una cuestión: ¿Se ve como la primera presidenta de España?: “No, no soy un proyecto político. No he tomado la decisión a día de hoy de lanzarme a un proyecto político, soy franca. Soy bastante humilde soy una mujer que no me quedo en las esquinas. Estoy pensando en algo grande, con compañeros y compañeras de muchas formaciones políticas, pero el protagonismo no tiene que recaer en ellos. Este proyecto es de la gente que camina hacia la igualdad, y caben muchas gentes, manos y corazones”, respondió ella. Gonzo quiso saber si ese proyecto se complicaba al no tener un partido detrás: “Es más difícil pero es posible. Yo lo hice en Galicia y Unidas Podemos en España. Lo difícil es crear un espacio en el que la sociedad sea la protagonista. Eso me apasiona”.