La notificación a los trabajadores de Alu Ibérica por el administrador concursal de que solicitará al Juzgado de lo Mercantil número 2 la puesta en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para la extinción de los contratos de toda plantilla agrava todavía más la situación de la empresa, que se encuentra a las puertas de su desaparición.

El administrador reclamó al comité de empresa el pasado viernes que en un plazo de siete días constituya una comisión que represente a los empleados en el proceso para poner fin a sus contratos, lo que llevó a los portavoces sindicales a exigir al Ministerio de Industria y a la Xunta la convocatoria urgente de la mesa creada con el fin de conseguir la viabilidad de la empresa y la continuidad de los puestos de trabajo.

Para el comité, el administrador concursal es “solo el mecanismo para el despido de la plantilla”, por lo que considera que las administraciones son “los responsables y ejecutadores” de esa actuación por que entiende que “están traicionando a los trabajadores luego de prometerles y mentirles con soluciones”.

Los representantes de la plantilla estiman que la “única solución de urgencia” pasa por la intervención temporal de las plantas de Alu Ibérica de A Coruña y Avilés por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El objetivo de esta medida sería, según el comité, elaborar un “proyecto industrial de recorrido” para las dos factorías que permitiera posteriormente su salida al mercado privado.

Ese mismo día, la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, informó que “no hay novedad” sobre el futuro de Alu Ibérica, aunque manifestó que el Ministerio de Industria continúa la búsqueda de una alternativa al cierre mediante varias fórmulas, Rivas admitió, sin embargo, ignorar cuándo volverá a reunirse la mesa en la que participan todas las partes implicadas.

La comunicación realizada a los trabajadores por la administración concursal se produjo el mismo día en que los trabajadores se concentraron ante el Concello coruñés en demanda de una solución para la empresa. En la protesta, el presidente del comité, Juan Carlos López Corbacho, acusó a las administraciones del cierre que se cierne sobre la planta de Agrela y no a Alcoa, la antigua propietaria de la empresa, a la que la ministra de Industria, Reyes Maroto, responsabilizó de ser “el único culpable de la situación que viven los trabajadores de Alu Ibérica”.

Para la plantilla, la actitud de los gobiernos central y autonómico hacia Alu Ibérica es una “traición tremenda” , lo que llevó a Corbacho a considerar que la situación “está cada vez peor”. El presidente del comité advirtió de que queda “menos tiempo” para lograr una salida y lamentó que por el momento no se hayan planteado vías para conseguir la viabilidad de la planta y garantizar el empleo de la plantilla, por lo que los trabajadores se consideran por los dos gobiernos.

Las dificultades para el futuro de Alu Ibérica afectan también a la factoría de Avilés, cuyo administrador concursal comunicó a la plantilla el 30 de diciembre su voluntad de llevar a cabo una regulación de empleo que concluya con la extinción de todos los contratos.

A los problemas que se padecen en A Coruña para encontrar un comprador de las instalaciones, en las de Avilés se añaden que incluyen un poblado en el vecino municipio de Gozón construido en 1958 y destinado a albergar a trabajadores de la fábrica y en el que permanecen 26 familias. La firma interesada en adquirir la planta debe hacerse cargo de este complejo residencial, por lo que el administrador concursal alertó a la Dirección General de Industria del Principado de Asturias del problema que supone.

La solución idónea sería la cesión del poblado a la Administración, al igual que la planta, y su posterior venta conjunta, aunque por el momento no han aparecido compradores. Los administradores concursales recibieron ya a varios representantes de posibles interesados en hacerse con la factoría, aunque no hay ofertas en firme porque se sospecha que esperan al despido de toda la plantilla, mientras que las instalaciones se dedicarían a una producción distinta a la del aluminio.