La Opinión de A Coruña

La Opinión de A Coruña

Industria

La ruleta rusa de la regasificadora: así afecta la invasión de Ucrania al futuro de una planta gijonesa

La guerra abre oportunidades a la planta de El Musel por el interés de la UE de reducir su dependencia del gas ruso, una de cuyas empresas fue la primera en interesarse por usar la instalación gijonesa

La regasificadora de El Musel.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia, las sanciones económicas en aumento al régimen de Putin y la decisión de la UE de ir dando pasos para que los países del norte y centro de Europa dejen de depender de las importaciones de gas natural del gigante euroasiático, abren un nuevo escenario para la regasificadora de El Musel, con factores que podrían acabar facilitando su actividad, al tiempo que aleja cualquier posible acuerdo con empresas rusas, alguna de las cuales ya se interesó por usar la planta gijonesa en el pasado.

La regasificadora acabó de construirse en 2012 con una inversión de 382 millones de euros sin llegar a entrar nunca en servicio, al obligar una sentencia judicial a repetir toda la tramitación administrativa, trámite que aún no se ha completado. La puesta en servicio dependerá de que se culmine esa tramitación y también de que Enagás cierre contratos para utilizar una instalación con dos tanques en los que se pueden almacenar hasta 300.000 m3 de gas natural licuado.

La planta estuvo hibernada durante varios años debido a que sobraba capacidad de regasificación para atender la demanda interna con las otras seis plantas de regasificación activas en España, con lo que ponerla en servicio encarecería la factura del gas. En 2017 la dirección de Enagás anunció la alternativa, utilizarla como almacén temporal de gas natural licuado para su reexportación a otros países, lo que no implicaría más costes para el sistema estatal.

Había negociado el uso de la planta durante 20 años por el consorcio formado por Novatek (Rusia), Total (Francia) y la Compañía Nacional de Petróleo de China que explota un yacimiento en el norte de Rusia. Ofrecía almacenar y redistribuir desde El Musel a otros puertos 2 millones de m3 de gas natural licuado al año. La incertidumbre judicial en torno a la planta impidió cerrar aquel contrato, y los rusos acabaron usando yéndose al puerto de Brujas (Bélgica). Desde entonces Enagás ha seguido buscando. En el entorno de El Musel se contaba antes del estallido de la guerra conque la instalación pudiera entrar en servicio a lo largo de 2023. Está por ver si la crisis con Rusia influye en esto.

El año pasado España importó el 68,8% del gas por barco, frente al 31,2% que le llegó a través del gasoducto que llega de Argelia a Almería, después de que Argelia cerrara en octubre el otro gasoducto que atravesaba Marruecos, país con el que está enfrentado. Las seis regasificadoras ya operativas en España con 3,3 millones de capacidad de almacenamiento, permitieron reducir riesgos al adquirir el gas en 14 países distintos.

España es el país con más capacidad de regasificación, pero no el que tiene mayor actividad. En los diez primeros meses del año pasado a España llegó el 17,1% del gas licuado que importó Europa, mientras que Francia, con sólo dos instalaciones, importó el 18%.

Traer más barcos a España, donde hay capacidad, regasificar y enviar por tubo al norte de Europa requiere de otras inversiones para salvar el cuello de botella que es la conexión a través de los Pirineos, donde los dos gasoductos actuales tienen una capacidad para transportar al mes el gas equivalente al que transportan siete barcos metaneros (un 20% de los 34 que recibirá en marzo España en sus regasificadoras). Un tercer gasoducto, equivalente al gas de otros diez barcos, fue paralizado en su día. Reactivar ese proyecto implicaría hacer una infraestructura que sirviera en el futuro para transportar hidrógeno. A largo plazo, Enagás también proyecta reconvertir la regasificadora para el transporte de hidrógeno, por barco, al norte de Europa. Pero a corto plazo la opción más clara para la planta de El Musel sigue pasando por el gas.

El Ministerio y Enagás ya dialogan sobre la planta

El consejero de Industria del Principado, Enrique Fernández, indicó ayer que la Secretaría de Estado de la Energía, Enagás y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) están en conversaciones sobre “el uso que dentro del sistema va a tener esa planta”, en referencia a la regasificadora de El Musel, pendientes de varios informes, entre ellos de la CNMC para obtener la autorización administrativa que le permita entrar en servicio. “El Gobierno de Asturias está mostrando interés continuo por esas conversaciones y sobre la mesa pidiendo que esa instalación, que no sólo puede generar autonomía energética para Asturias si no actividad económica y empleo, pues pueda entrar en funcionamiento a la mayor brevedad”, señaló el Consejero, que siempre que ha tenido oportunidad ha reclamado acelerar la activación de la regasificadora de El Musel.

Respecto a si debería de abrir como almacén logístico o para regasificar, Fernández indicó que “no somos nosotros la entidad competente para determinar su uso según las necesidades del sistema, pero somos conscientes de que esas necesidades existen, ahora son más imperiosas que nunca por esta crisis que se ha generado a consecuencia de la invasión de Ucrania y lo que queremos es que funcione”.

El Consejero de Industria resaltó que “en un momento en el que el suministro y almacenamiento de gas a toda Europa está siendo revisado, es obvio que todas las infraestructuras que puedan estar a disposición de generar este suministro y de respaldar esa autonomía energética en la Unión Europea deben ponerse en funcionamiento”, motivo que respalda la reclamación del Ejecutivo autonómico.

Enrique Fernández apuntó que “el Ministerio, la Secretaría de Estado de Energía es receptiva a este planteamiento que hacemos y está tomando medidas y dialogando con la empresa Enagás para buscar una rápida solución y desbloqueo a la parálisis actual que tiene la planta gasista”.

Compartir el artículo

stats