La Opinión de A Coruña

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Precio del combustible

La flota gallega, abocada a un amarre histórico: “Habrá desabastecimiento”

El amarre se sucederá en armadoras de Gran Sol, Índico o Pacífico: “Es mejor parar y esperar los meses que haga falta”, en espera de Madrid y Bruselas | El precio supera ya el euro por litro en Montevideo, Durban o Mindelo

Flota amarrada en Vigo.

La jornada amanecía el lunes en calma, para variar, en el caladero de Gran Sol. En lo meteorológico, al menos, para arrastreros y palangreros como el 'Río da Bouza', 'Cantábrico Tres', 'Manuel Laura', 'Albelo Primero' o 'Carminchín'. Encomendados a unas buenas largadas, como siempre, para poder pagar un combustible más caro que nunca. Para un buque de unos 36 metros y 350 GT, por ejemplo, el consumo diario ronda normalmente las tres toneladas. Para las armadoras suponía antes un coste de unos 1.300 euros al día, teniendo en cuenta que el litro de gasóleo B (bonificado) cotizó el año pasado a 0,44 euros en el poste marítimo de Vigo. Toda una utopía en medio del panorama actual; hoy, al mismo barco y para las mismas maniobras, no le llegan los 3.400 euros diarios. “Tienes que hacer muy buena pesca para no quedar a deber”, lamentan desde uno de esos buques.

Con el cerco ya amarrado ante los desbocados precios de los combustibles, y con un mercado debilitado por la inflación general, el sector anticipa un parón generalizado en flotas que tienen repartidas por todo el mundo. Gran Sol, palangre de fondo, de superficie, atuneros, fresqueros... “En cuanto agoten las existencias que tienen a bordo y descarguen, la hoja de ruta es parar”, coinciden distintas armadoras a preguntas de Faro de Vigo. “En pescado fresco podría haber una importante reducción del abastecimiento en 2-3 semanas, incluso antes”, acota el gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Edelmiro Ulloa. “El congelado aguantará más”, aunque solo retrasará el problema en el tiempo por sus elevados volúmenes de stock. La cadena de amarres, de este modo, se sucederá en aguas del Pacífico y el Índico, además de en las comunitarias. Son unos 300 barcos los que van directos a este parón inédito.

Demás puertos base

Según los registros del Ministerio para la Transición Ecológica, el litro de gasóleo para uso pesquero alcanzaba ayer los 1,16 euros en Vilagarcía y Vilanova de Arousa, o los 1,225 euros en Cangas do Morrazo. Pero el panorama no es más apacible en otros puertos internacionales de referencia para la flota de capital gallego. En Walvis Bay (Namibia) se pagaba a máximos de 0,908 euros, por los 1,205 de Mindelo (Cabo Verde) o los 1,118 de Durban (Este de Sudáfrica). “Algunos ya nos han dicho que no van a cargar combustible para retomar la actividad, porque con ello podrían llevar a graves problemas a la empresa. Mejor parar y esperar los meses que haga falta a ver cómo evoluciona el tema”, abundan desde ARVI.

Los ojos del sector están puestos en Bruselas y Madrid, en espera de medidas excepcionales en materia fiscal o en forma de ayudas extraordinarias, que no se han producido. Es más, los ministros de Pesca de la UE no se reunirán hasta el próximo lunes. “Es una situación absolutamente inasumible. Podemos aguantar unas horas, unos días, mientras estemos acabando las reservas en nuestros depósitos”, ahonda el presidente de la cooperativa, Javier Touza. A expensas de lo que pueda adoptarse en la capital comunitaria, el Gobierno de España no ha tomado ninguna decisión.

“Hay armadoras, como la nuestra, que han dado orden de descargar sin tener las bodegas llenas”, explica, desde el Cono Sur, el responsable de máquinas de un arrastrero de Pontevedra. La medida obedece a un triple temor: que los combustibles se sigan encareciendo, que el coste de los fletes siga el mismo camino y que el paro en el transporte se generalice e impida la venta de la mercancía. Es una decisión a la que los marineros no están acostumbrados. “Estoy viendo saltar costuras que no había visto antes”, ilustra el director general de una pesquera de Vigo.

Porque no todo es el gasóleo: plásticos, cartones, logística... “Las empresas armadoras tienen que ser muy responsables y cuidadosas con los números ahora. Además del gasoil, suma la logística, que está disparada”, complementa Ulloa. Para el congelado, los contenedores están tres veces por encima del precio de 2020. Y no solo son los de traer el pescado, también están los de enviar pertrechos y otros materiales necesarios para la operativa de la flota”. Como los que se envían a Montevideo para la reparación del motor principal o maquinillas, o los que han de viajar hasta Abiyán (Costa de Marfil). “Hay un punto –culmina otro directivo consultado– en el que no se podría repercutir, de tanto estirar la cadena iba a romperse. La gente retrae el consumo y no podemos vender a pérdida”.

La falta de medidas proactivas de Madrid para atajar la escala inflacionista de precios de los combustibles contrasta con la decisión del Ejecutivo de Emmanuel Macron de aplicar una rebaja de 15 céntimos por litro, que será de aplicación también en los buques de pesca. No es una rebaja impositiva –el presidente del Gobierno galo, Jean Castex, ha explicado que una reforma fiscal se demoraría mucho en el tiempo–, sino que las arcas públicas abonarán ese importe a las distribuidoras. “Este descuento, válido en todos los carburantes, se aplicará a partir del 1 de abril durante un periodo de cuatro meses. Esto significa que por cada 60 litros ahorrarás 9 euros”, incidió. Más aún, El Elíseo prepara también una reducción en las tarifas portuarias en beneficio del sector. “Sé que tienen una flota de barcos que consumen mucho combustible. Escucho su impaciencia”, declaró Castex en una entrevista con Le Parisien.

También Irlanda ha tomado medidas para rebajar los precios, con una dotación presupuestaria extra de 320 millones de euros que permitirán rebajar el coste en unos veinte céntimos por litro. “No podemos proteger a los ciudadanos y las empresas del impacto total, estamos experimentando las consecuencias de una guerra”, incidió su ministro de Finanzas, Paschal Donohoe.

En España, el gasóleo para uso pesquero cuenta con una exención fiscal, pero el pago de los carburantes a los niveles actuales hace inviable la actividad. El ministro de Pesca, Luis Planas, ha delegado en Bruselas cualquier medida a adoptar al respecto.

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