La Opinión de A Coruña

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Precio de los carburantes

Un gasolinero de Zaragoza: “O nos pagan las bonificaciones en una semana o no podremos abrir”

Alberto Lozano, que regenta una estación de servicio en Nuévalos, alerta de los problemas que tendrán si el Gobierno de Sánchez no ingresa la parte que adelanten de las ayudas en una semana

Alberto Lozano, dueño de la gasolinera de Nuévalos, en la provincia de Zaragoza.

A las 18.14 de la tarde del jueves, Alberto Lozano, dueño de una gasolinera familiar en Nuévalos, en la provincia de Zaragoza, todavía no sabía cómo tenía que aplicar la bonificación de los 20 céntimos que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez para rebajar el precio del carburante. Una medida que no cuestiona, pero que asegura nace con demasiadas lagunas. A primera hora de este viernes aún tenía dudas sobre cómo aplicar el IVA. “Si lo hacemos mal no nos devolverán la parte correspondiente”, comentaba.

“Nadie nos ha dicho cuándo nos van a reintegrar el descuento, que por ahora correrá a cargo de las estaciones de servicio, de nuestros servicios”, explica Lozano, que calcula que de no recibirlo “en el plazo de una semana” muchas tendrán que cerrar.

“Si yo tengo que utilizar mis ahorros para cubrir la parte correspondiente de los descuentos no voy a tener capital para poder comprar el líquido y llenar los tanques, salvo que me endeude y esa no es la solución. No voy a hacerlo”, añade con cierta resignación y enfado. Así que calcula que, salvo que el Gobierno central se dé prisa a la hora de pagar, “en un mes” tendrá que echar la persiana.

Cómo llenar los tanques, un quebradero de cabeza

Explica que tiene dos opciones para comprar este preciado oro líquido: pagando con antelación la cisterna, que arrastra ventajas en el precio, o a 30 días, menos rentable. “¿Qué hago si he tenido que adelantar mis ahorros para las bonificaciones? ¿Tirar de mis ahorros? ¿Endeudarme?”, se pregunta.

Unos ahorros que, por otro lado, han ido a menos en las últimas semanas por el elevado precio del carburante. En su caso, además del suministro para vehículos también actúa como centro de distribución de gasoil para las calefacciones de las viviendas y centros de la zona.

Con los precios disparados, asegura que su facturación se ha reducido entre un “30% y 35%”. “No puede ser que la gente renuncie a calentarse y está pasando. Estas semanas hemos distribuido menos y el 90% de las zonas rurales tienen las calefacciones de gasoil”, afirma Lozano, que no deja escapar el detalle de que las temperaturas nocturnas están rozando estos días los 0 grados.

En cuanto a la venta de gasolina para vehículos, Lozano admite que ha mantenido relativamente estables sus cifras ya que su estación, de paso, se utiliza principalmente por turistas.

“Nosotros lo que pedimos es que pongan una fecha, que nos digan cuándo nos van a pagar. Nos da igual que se bonifiquen 20 céntimos o el 100%, pero que nos lo abonen cuanto antes”, resume este gasolinero de Nuévalos, que asegura que las estaciones rurales no son tan rentables como se piensa.

“Yo tengo un pequeño taller, servicio de cafetería, una tienda de alimentación, souvenirs y vendo hasta cargadores de móviles. Son cebos para que la gente pare y de paso eche gasolina. Es la única alternativa que tenemos para rentabilizar el negocio”, comenta.

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