Buenas cifras de empleo en marzo, pese a un mes especialmente complicado por el inicio de la guerra de Ucrania y dos semanas de paro de transportistas que han conseguido sacudir a algunos sectores. Esos buenos datos, no obstante, tampoco esconden claros signos de agotamiento tras dos años en los que no solo se ha recuperado el mercado laboral español del impacto del covid, sino que se ha situado en máximos históricos de ocupación. Pero cada vez le cuesta más reducir el todavía alto nivel de desempleo, que en marzo cerró aún por encima de los tres millones de parados (4 de cada 10 no cobra prestación ni subsidio del SEPE).

El empleo mantiene su tendencia al alza, resistiendo por el momento las secuelas económicas de la invasión rusa. El mes de marzo cerró con 140.231 ocupados más que en febrero, una cifra pareja a las registradas en el lustro previo a la irrupción del coronavirus, con un nuevo aumento de la contratación indefinida y una leve reducción de los erte. No obstante, esos buenos datos de ocupación no se traduzcan en una reducción sustancial del paro, que solo bajó en 2.921 personas en el mes de marzo, cuando el año pasado para estas mismas fechas bajaba 20 veces más.

España alcanzó en marzo un total de 19,83 millones de trabajadores en activo, nunca en el país hubo tanta gente dada de alta y cotizando de manera simultánea en la Seguridad Social. Ello es fruto de que, desde que comenzó la pandemia, el empleo ha registrado 20 de 23 meses de crecimiento y únicamente tres en números rojos, coincidiendo estos últimos con las siempre fatídicas cuestas de enero y el agosto del 2021, donde el fin de una campaña de agosto a medio gas dejó un saldo negativo.

Creció el empleo y ganó en calidad, siendo la contratación indefinida el 30,7% del total de los nuevos contratos, casi 20 puntos por encima del marzo del año pasado. Influida esta por la entrada en vigor a partir de abril de las nuevas modalidades de contratación de la reforma laboral, que ha dejado una alta conversión de contratos que antes eran temporales y ahora han pasado a indefinidos. El mercado laboral "está empezando a ofrecer cierta resistencia, cierta fortaleza frente a las eventualidades a las que se ve sometido", frente a la "hiperreacción especulativa y desproporcionada" que hasta ahora le ha caracterizado, según ha destacado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey.

No obstante, detrás de esas cifras absolutas que invitan al optimismo hay otras que llaman a la prudencia. Tras ese largo 'sprint' del mercado laboral para no solo recuperarse del golpe de la pandemia, sino para también crecer, hay signos de claro agotamiento. Las cifras de empleo desestacionalizado, que en España no es menor, revelan que marzo generó menos ocupación neta que febrero, que ya había generado menos ocupación neta que en enero.

Y es en las estadísticas de paro registrando donde más se está notando ese agotamiento. Marzo del 2022 ha sido el 'menos bueno' desde el 2013, si exceptuamos el totalmente anómalo marzo del 2020, cuando empezó la pandemia en España. Habitualmente en este mes hay fuerte reducciones del desempleo, porque se produce un traspaso de desempleados a ocupados. No ha sido así este mes y los nuevos contratos responden a la activación de nuevos trabajadores que no estaban previamente dados de alta en el paro o a la llegada de personas de otros países para cubrir puestos vacantes.

Guerra y paro de transportistas

A ese agotamiento tras casi dos años de alzas del empleo se mezcla las secuelas de la guerra de Ucrania, que pese a no tener una afectación por el momento generalizada en la economía española sí está teniendo una incidencia puntual en sectores, y el paro de transportistas, que ha puesto en problemas a la industria alimentaria y a la logística durante las últimas dos semanas. La hostelería ha sido el motor de la ocupación este marzo, aportando casi la mitad de los nuevos empleos creados, y es que los empresarios ya calientan motores ante la primera Semana Santa sin restricciones covid.

El fin de las restricciones covid ha provocado también que sectores que durante los meses posteriores tiraron de la ocupación se hayan desinflado, como es el caso de la Sanidad (-0,02%) o la educación (+0,9%). Y el colectivo de autónomos, que lleva desde el inicio de la pandemia mostrando una gran resiliencia -favorecida esta por las ayudas covid habilitadas desde el Gobierno-, tampoco vivió este marzo un gran mes. Creció, pero con bastante prudencia. Las estadísticas de la Seguridad Social reflejan un aumento de 7.878 nuevos trabajadores por cuenta propia respecto a febrero y el 1,4% más que hace un año.

Tenue reducción de los erte

El 31 de marzo venció la última de las prórrogas de los ertes covid, que han acompañado a las empresas durante los últimos dos años. Y el mes acabó con un total de 96.603 trabajadores afectados por una suspensión, ya fuera covid o de otro tipo. Lo que implica una reducción de casi 20.000 trabajadores respecto al mes anterior, a expensas de cómo reaccionen las empresas que todavía tenían expedientes covid al fin de las ayudas.

Algunas de ellas, como es el caso de las agencias de viajes, el Gobierno les insta a transitar al nuevo Mecanismo RED para ertes sectoriales, mientras que la industria -especialmente aquella afectada por el alza de precios (Celsa, con el gas) o la escasez de materias primas (Seat, con los semiconductores)- se va a los ertes por causas productivas, organizativas o económicas.