Sindicatos y empresarios saludan la elección del nuevo líder de la oposición como una oportunidad para lograr acuerdos de Estado que hasta ahora no se han materializado, pero al tiempo escenifican sus diferencias en torno al pacto que ellos mismos llevan semanas negociando sin éxito: una senda de subidas salariales para este año y los siguientes. Antonio Garamendi (CEOE), Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT) han evidenciado este lunes, en el II Foro Económico "Wake Up, Spain!", que las diferencias entre los agentes sociales continúan siendo las de siempre: la conveniencia de ligar o no los sueldos a la desbocada inflación.

Preguntados por la moderadora del evento, que organiza el diario El Español, sobre si la política "debería tomar ejemplo de los agentes sociales y alcanzar más acuerdos" ahora que Alberto Núñez Feijóo ha sido elegido presidente del PP, el líder de la patronal aseveraba que "como ciudadano, me gustaría esa unidad [política]: es fundamental un Gobierno estable, pero también un partido de oposición fuerte, estable, que tenga sentido de estado, que haga oposición pero que llegue a acuerdos cuando los tenga que hacer, como hemos hecho nosotros [sindicatos y empresarios], y entre todos sacaremos el país adelante".

El líder de UGT añadía que "si algo ha fallado en los últimos tres años es que desde el punto de vista político no se han podido abordar los grandes temas de Estado. Hay nuevas perspectivas, hay que hablar de pacto de rentas, pero también de qué manera los fondos de reconstrucción europeos pueden tener una estrategia más eficaz para el conjunto del país", aseguraba Álvarez. Unai Sordo, por su parte, enfatizaba que llevan pidiendo acuerdos de estado desde mediados de 2020 y que es necesario, ahora que la pandemia se ha visto sucedida por la crisis desencadenada por la invasión de Ucrania, "que haya mínimos comunes denominadores en materia energética y fiscal. Sería bueno que ese escenario se abriera paso".

Pacto de salarios

En cuanto a la negociación en marcha entre UGT, CCOO y CEOE, para los sindicatos, la llave que abriría las puertas al pacto son las cláusulas de garantía salarial, que igualan los aumentos de sueldos al repunte de los precios. Afirmaba Álvarez que ésta es una fórmula "para lograr que los salarios no sean un factor inflacionista más", sobre todo si se aspira a un acuerdo de tres años que pueda dejar para el final del periodo la operación del mecanismo de mantenimiento del poder adquisitivo: "no es realista plantear subidas salariales de 10% en este momento, se puede hacer en un ciclo que puede ser bianual o trianual", apuntaba Sordo.

El líder de la patronal no ha querido confrontar directamente con sus interlocutores con el argumento de que "hay que hablar con discreción en la mesa [de negociaciones]", pero sí que ha querido subrayar su oposición a que los sueldos se liguen a los precios: "cuidado con inflacionar los salarios, con indexarlos a la inflación; eso no es una solución", aseguraba Garamendi. Los sindicatos agregaban que para convertir este acuerdo en un auténtico pacto de rentas, además de hablar de salarios hay que aprobar medidas fiscales y energéticas que lo complementen.