La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha reducido la previsión de crecimiento económico para este año hasta el 4,3%, por debajo del 4,5% estimado esta misma semana por el Banco de España y dos puntos menos de lo calculado en su anterior previsión (6,3%). Esta estimación forma parte de los presupuestos iniciales de las Administraciones Públicas en 2022, que incluye la actualización de sus previsiones macroeconómicas y fiscales de acuerdo con la nueva situación geopolítica, que ha provocado tensiones inflacionistas que no se observaban desde la década de los 70, con una tasa interanual del 9,8% en marzo.

A su vez, la AIReF revisa en su escenario central la previsión de déficit del conjunto de las administraciones hasta el 4,2% del PIB desde el 4,8% previsto en el informe anterior. En el informe se destaca que el entorno en el que se desenvuelve la economía española sigue caracterizado por una incertidumbre extrema, aunque el epicentro se ha desplazado desde el ámbito sanitario a la capacidad de oferta de la economía y en especial a los mercados energéticos.

Aunque la exposición comercial española con Rusia es "moderada", los efectos provienen del impacto que afecta a los socios comerciales como Alemania y del peso de ese país y de Ucrania como proveedores globales de materias primas.

En el contexto actual, la inflación esperada en 2022 se revisa desde el 1,8% previsto en octubre, hasta el 6,2% esperado en la actualidad. Las previsiones del Gobierno con que se elaboraron los Presupuestos planteaban un crecimiento real del 7% para este año y una inflación esperada del 1,3%.

Como consecuencia del impacto de la situación actual, las previsiones incorporan también una revisión a la baja del impacto en el crecimiento asociado al plan de recuperación en 2022 desde 2,5% del PIB hasta el 1,8%, en una economía marcada por cuellos de botella y presiones inflacionistas. La AIReF concluye que el balance de riesgos "se sitúa claramente a la baja en el lado del crecimiento y al alza en el caso de la inflación".

En cuanto a la mejora de la previsión de déficit público en seis décimas, hasta el 4,2% del PIB, la AIReF destaca el cierre de 2021 en el 6,9% del PIB, un punto menos que en el informe de octubre. Destaca la evolución de los ingresos significativamente más positiva de lo esperado. Además, el deterioro del escenario macroeconómico afecta a las previsiones fiscales a través de diversos canales con efectos contrapuestos, resultando conjuntamente en un incremento del déficit de menos de 1 décima del PIB.

Por el lado de los ingresos, las tensiones inflacionistas generan en el muy corto plazo un efecto positivo y automático de incremento de la recaudación, especialmente en el IVA. Aproximadamente, cada punto de inflación adicional supone algo más de 2.000 millones de recaudación adicional. No obstante, este 'shock' también implica una reducción de las previsiones del crecimiento real que reducirá a su vez los ingresos del sector público.

En el lado de los gastos, la inflación tiene un impacto directo y automático sobre los intereses de los bonos indiciados con la inflación. A un plazo más largo, también afectará a los bienes y servicios que adquieren las administraciones a medida que se vayan licitando o renovando los contratos. No obstante, este efecto se verá limitado en 2022 por la existencia de los Presupuestos ya aprobados con limitaciones en los créditos. Además, el gasto de intereses crecerá con las nuevas emisiones de deuda conforme las expectativas de inflación y la normalización de la política monetaria se trasladen a los tipos de interés. La AIReF calcula que cada punto adicional de inflación en 2022 elevará el gasto en pensiones en torno a 1.500 millones en 2023.

El informe estima que el déficit en 2022 se reducirá en 2,7 puntos del PIB respecto a 2021. La retirada progresiva de las medidas implementadas para paliar los efectos de la crisis del covid es el principal factor, aportando 2,4 puntos a la reducción del déficit respecto a 2021. Adicionalmente, la evolución de los ingresos asociada al ciclo económico y de los gastos no vinculados al covid ni a las nuevas medidas supone una reducción adicional del déficit de 5 décimas en 2022. Por otra parte, las medidas puestas en marcha para paliar los efectos de la guerra superan el efecto de las medidas tributarias incorporadas en los presupuestos del Estado, incrementando conjuntamente el déficit en 2 décimas de 2022 respecto a 2021.