La Opinión de A Coruña

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La economía gallega pierde competitividad y cae hasta el noveno puesto a nivel nacional

Desciende un 2,2% el primer año del COVID | Galicia y Comunidad Valenciana son las únicas que ceden una posición, en el caso de la primera del octavo al noveno puesto

Vista aérea del polígono de Pocomaco. | // CARLOS PARDELLAS

La economía gallega perdió competitividad el primer año de la pandemia y cayó hasta el noveno puesto de la clasificación nacional, que encabezaron Madrid, Navarra y País Vasco, y en la que Baleares, Canarias, Andalucía y Extremadura ocuparon, por este orden, los vagones de cola.

Galicia y Comunidad Valenciana fueron las únicas que perdieron una posición en la clasificación —la primera del octavo al noveno puesto y la segunda del décimo al undécimo— y se colocaron por delante de cada una, respectivamente, Cantabria y Asturias, según recoge el Índice de Competitividad Regional (Icreg), con datos del año 2020, publicado por el Consejo General de Economistas.

El índice Icreg para las 17 comunidades se elabora a partir de 53 variables o indicadores en torno a siete ejes competitivos que permiten identificar las fortalezas y debilidades competitivas: entorno económico, capital humano, mercado de trabajo, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación. Con carácter general, los índices referidos al entorno económico y la eficiencia empresarial son los que más empeoraron en el contexto de confinamiento y pandemia de 2020. Los índices vinculados a innovación y entorno institucional fueron los únicos que mejoran de forma generalizada.

En el caso de Galicia, el informe atribuye a la comunidad un Icreg de 7,69 puntos, 18 décimas menos que un año antes. Este descenso supone una caída del 2,2%, una décima menos que la media nacional.

Con estas cifras, Galicia se integra en el grupo de autonomías con el nivel competitivo “medio-bajo”. Pese a la pérdida de competitividad y a la caída de un puesto en la clasificación, mejoró sus resultados en tres ejes (mercado de trabajo, entorno institucional e innovación) “si bien de forma moderada o leve”, según recoge el estudio.

Caída

“La considerable caída”, destaca el informe, en entorno económico, infraestructuras básicas y eficiencia empresarial justifican el descenso global que sufrió Galicia. Las variables con mayor contribución positiva en la comunidad fueron: tasa de paro de larga duración, déficit, delitos, empresas de más de 250 trabajadores, investigadores, comercio electrónico y gasto en I+D.

Las contribuciones más negativas las obtuvo en variación del PIB real, tasa de paro juvenil, formación por ocupado, esfuerzo fiscal, tráfico aéreo, dinamismo, variación de la productividad y patentes.

Los primeros lugares de la clasificación a nivel nacional volvieron a estar ocupados por Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco. Mantuvieron el mismo orden del año anterior y conformaron el grupo de competitividad “alta”.

En el segundo nivel, “competitividad media-alta”, aparecen Cataluña y La Rioja, mientras Aragón, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Principado de Asturias constituyen el grupo con nivel competitivo “medio-bajo”.

El grupo de competitividad “bajo” pasó a estar formado por Extremadura, Andalucía, Canarias, Islas Baleares, Castilla-La Mancha y Región de Murcia, a las que se unió Comunidad Valenciana.

Los datos del informe están condicionados por los efectos de la pandemia en 2020 y su desigual impacto por sectores y por territorios, según advierte el economista José Carlos Sánchez de la Vega, director del estudio. Este hecho motivó un descenso del índice en 10 de las 17 comunidades, entre ellas Galicia.

Canarias e Islas Baleares fueron las dos en las que el descenso del Icreg fue más acusado, por el mayor impacto de la pandemia sobre su sector económico fundamental: el turismo. En el extremo opuesto, el índice de competitividad creció en Castilla-La Mancha, Principado de Asturias, Castilla y León y Extremadura.

Pérdida “generalizada”

Según el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, “el COVID-19 ha provocado una pérdida generalizada de la competitividad de las comunidades. Estamos ante circunstancias excepcionales que justifican que la UE haya activado la cláusula de excepcionalidad en el cumplimiento de las normas de déficit público, disponiendo los países miembros de mayor capacidad de introducir dinero público en la economía para apoyar la recuperación económica”.

Galicia tiene una exposición de riesgo “media” para afrontar la recuperación tras la pandemia

En el informe publicado por el Consejo General de Economistas también se realiza una aproximación a la situación de la que parten las comunidades para la consecución de una sólida recuperación que, además, venga acompañada de transformaciones estructurales. Para José Carlos Sánchez de la Vega, director del estudio, “la diferente situación de partida de las regiones españolas puede dificultar la consecución de los objetivos perseguidos y entraña riesgos en el proceso de recuperación. Así, los bajos niveles de productividad, los déficits de capital humano, la desigualdad social o la insuficiente digitalización pueden lastrar la recuperación de determinados territorios y dificultar la consecución de los objetivos perseguidos”. Los resultados sitúan a Canarias, Extremadura, Andalucía e Islas Baleares en el grupo de comunidades que presentan una mayor exposición al riesgo para afrontar la recuperación, así como los retos ligados a ella. En el segundo nivel, de exposición media, se incluyen, por este orden, Región de Murcia, Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Por último, las comunidades que están en mejor disposición para alcanzar una recuperación sólida son Aragón, Principado de Asturias, Cantabria, La Rioja, Cataluña, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y Comunidad de Madrid”.

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