La inflación no da tregua en Alemania. Los precios de los bienes de producción industrial crecieron en abril un 33,5% respecto al mismo mes del año anterior. Es el mayor aumento desde el inicio del registro tras la Segunda Guerra Mundial en 1949, según ha confirmado este viernes la Oficina Federal Estadística (Destatis). La inflación creció en abril (7,4%) en Alemania por decimoséptimo mes consecutivo. Y a la vista del desarrollo de los precios de la energía y de las consecuencias generales de la guerra en Ucrania, esa tendencia al alza está lejos de tocar a su fin, advierten diversos analistas.

En este contexto, el Gobierno alemán – tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales – ha sacado adelante en el Parlamento un paquete de medidas que busca ayudar a familias y autónomos a llegar a fin de mes. Según el ministro federal de Finanzas, el liberal Christian Lindner, el paquete, que incluye medidas tributarias y ayudas por unos 22.000 millones, debería amortiguar la "sensación inflacionaria" entre la ciudadanía de un país que ya de por sí arrastra un miedo histórico al aumento de los precios – debido a los episodios de hiperinflación sufridos por la República de Weimar en el periodo de entreguerras del siglo pasado –. 

El paquete de medidas – que incluye una reducción de la presión impositiva muy en la línea de la política económica liberal – debería aplacar el riesgo de estanflación en Alemania; es decir, la combinación de aumento de precios, estancamiento económico y crecimiento del desempleo.

Impuestos y deducciones

El paquete de medidas prevé un costé para el Estado de más de 22.000 millones de euros hasta el 2026 e incluye estas medidas: incremento en 363 euros de los ingresos libres de impuestos – solo se comenzará a pagar impuesto sobre la renta a partir de los primeros 10.347 euros ingresados al año –; aumento de la cifra de gastos deducibles de los trabajadores como, por ejemplo, los costes de gasolina para aquellos empleados o autónomos que tienen que recorrer 21 kilómetros o más en coche para ir de casa al trabajo; las familias de bajos ingresos con menores recibirán una adjudicación inmediata de 20 euros al mes, que se sumará a las subvenciones sociales ya existentes; los receptores del ingreso de desempleo recibirán un único pago de 100 euros, mientras que los desempleados de larga duración recibirán 200 euros también una única vez. Estas últimas ayudas, calificadas de insuficientes por organizaciones sociales, se abonarán el próximo mes de julio.

Otras medidas adicionales son la eliminación de un gravamen especial a los precios de la energía – 3,72 céntimos de euro por cada kilovatio-hora consumido – aplicado durante las dos últimas décadas y que debía ayudar a financiar la transición del modelo energético hacia las renovables, y la introducción de un tíquet de solo 9 euros al mes entre los próximos 1 de junio y 31 de agosto accesible a toda la ciudadanía para el uso de transporte público de cercanía (metro, tranvía, trenes). Esta última medida buscareducir el uso del transporte privado y, por consiguiente, el consumo de energías fósiles. Actualmente es casi imposible encontrar una gasolinera en Alemania con el litro de gasolina pordebajo de los dos euros.

Endeudamiento récord

El paquete tendrá un impacto directo en el endeudamiento público de Alemania: el Gobierno federal prevé contraer más de 138.000 millones en deuda a lo largo del presente año, lo que supondrá el segundo mayor endeudamiento público de la historia de la República Federal tras el registrado en 2021 para hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia.

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En el actual contexto extraordinario generado por la guerra en Ucrania, se impone así el pragmatismo a la disciplina presupuestaria y fiscal defendida históricamente por los liberales del FDP, que controlan actualmente el Ministerio federal de Finanzas. Con todo, el FDP insiste en su idea de recuperar el freno a la deuda – anclado constitucionalmente en Alemania, pero levantado actualmente – ya el próximo año.