El Gobierno impulsa el despliegue de los megaproyectos con fondos europeos y ya ha lanzado todos los que hasta ahora tenía en cartera. El Ejecutivo cerró el año pasado habiendo aprobado tres proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE) y prometió entonces acelerar la puesta en marcha. Tal y como recoge El Periódico de España, en lo que va de este año ha lanzado otros ocho, y dos en la última semana.

El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes el PERTE de los microchips, el mayor de los proyectos diseñados hasta el momento, con 12.250 millones de euros de inversiones públicas con fondos europeos ligados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) para desarrollar una industria de microelectrónica y semiconductores en el país. Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado este viernes el PERTE de la economía social y de los cuidados, con una dotación de 800 millones de euros y que se aprobará formalmente en el próximo Consejo de Ministros.

En sólo una semana, el Gobierno ha prometido más de 13.000 millones de euros de fondos europeos con los nuevos proyectos estratégicos y ha disparado un 70% el importe total movilizado con todos los PERTE lanzados. Los once megaproyectos acumulan inyecciones comprometidas de fondos UE por 31.873 millones de euros (e incluso superan los 32.200 millones si se tienen en cuenta las eventuales ampliaciones de presupuesto contempladas como probables en algunos de los programas).

Los grandes proyectos ya aprobados por el Gobierno anticipan además otros 34.880 millones más de inversiones privadas (sin incluir los fondos del sector privado que movilizará el PERTE Chip, que el Ejecutivo no ha precisado en su memoria, pero se anticipa que será un importe milmillonario). En total los once PERTE acumulan promesas de movilización de más de 66.750 millones de inversiones públicas y privadas.

El Ejecutivo aprobó en julio del año pasado la puesta en marcha del PERTE del vehículo eléctrico y conectado, que ya ha activado la convocatoria de ayudas; a finales de noviembre, lanzó el plan de salud de vanguardia; en diciembre, el de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento; y en febrero, el megaproyecto del sector de la agroalimentación.

Fue en marzo cuando Moncloa y varios ministerios directamente implicados pisaron el acelerador con cinco nuevos PERTE, con el lanzamiento del proyecto estratégico de la nueva economía de la lengua española; el de la economía circular; el plan específico para modernizar la industria naval; el de la industria aeronáutica y aeroespacial; y también el PERTE de la digitalización del agua. Desde el Gobierno se desliza que aún tiene en estudio y sin concretar otros PERTE vinculados a otros sectores para impulsar la digitalización y la transición ecológica de la economía española, y que se darán a conocer próximamente.

Plan de recuperación

La Unión Europea asignó a España en torno a 140.000 millones de euros de fondos europeos entre 2021 y 2026, la mitad en fondos no reembolsables y la otra mitad en préstamos en condiciones ventajosas, aunque las entregas están supeditadas al cumplimiento de hitos intermedios y reformas. La estrategia activada por el Gobierno fue la de concentrar en los primeros tres años, hasta 2023, los 70.000 millones en transferencias que no se devolverán y articuladas a través del Plan de Recuperación español. Y este año se presentará una adenda al Plan para diseñar las futuras inversiones entre 2023 y 2026 de los 70.000 millones de préstamos reembolsables a largo plazo.

El importe de los fondos que percibirá España, no obstante, va a acabar siendo mayor. Por un lado, porque la Comisión Europea va a repartir 20.000 millones adicionales entre los países para financiar las medidas para desconectarse de los hidrocarburos de Rusia y a España le tocarán entre 4.000 y 4.200 millones extra. Por otro, porque Bruselas también va a recalcular parte del reparto de los fondos no reembolsables asignados a cada estado y, dado que la economía española creció menos de lo previsto en 2021, nos corresponderán otros entre 3.500 y 4.000 millones adicionales.

A pesar de las críticas de empresas y oposición por la lentitud en la ejecución de los fondos europeos, el Gobierno sigue sacando pecho por el ritmo en el desarrollo del Plan de Recuperación tanto en 2021 como en lo que va de 2022. En los Presupuestos Generales del Estado de 2021 se contemplaban inversiones por 24.100 millones con fondos europeos y en las cuentas de 2022 se incluían otros 27.000 millones más, de los que ya se habrían desembolsado de manera efectiva por el Gobierno un 43% del total.

Según los últimos datos facilitados por la vicepresidenta económica, Nadia Calviñoya se han resuelto 520 convocatorias por 8.500 millones de euros que ya habrían llegado a la economía real y se han transferido 13.300 millones de euros a las comunidades autónomas, cuyos datos de ejecución real aún no están completos. La Comisión Europea preveía, no obstante, que la implementación de los fondos fuera mayor de lo realmente conseguido y que también lo fuera su impacto en el crecimiento económico español.

Bruselas augura que el despliegue del Plan de Recuperación y la inyección de los fondos europeos a la economía real tendrá un impacto muy potente en el crecimiento del PIB español tanto en el segundo semestre de este año como a lo largo de 2023. La Comisión Europea mantiene su estimación de que los fondos europeos facilitarán un crecimiento del 2% del PIB entre 2021 y 2023.