La Opinión de A Coruña

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¿Por qué sube el paro a pesar del turismo?

El adelanto de las contrataciones, el miedo al otoño y a la inflación, y los despidos de temporales explican los últimos e inusuales malos datos de desempleo

Varias personas consumen en una terraza de A Coruña. | // VÍCTOR ECHAVE

Llegaba julio y bares, hoteles, restaurantes y empresas de aventura se lanzaban a la caza del empleado estival. Los titulares de los medios daban buenas noticias con la creación de empleo. Ya no parece que sea así. Los datos del paro del último mes han hecho pasar de la euforia al miedo a la recesión.

Por primera vez en toda la serie histórica —que comienza en 2001— se ha destruido empleo cuando en España comienza la temporada de sol y playa. Eso, que parece una anomalía, tiene una explicación en estas circunstancias: las contrataciones se han adelantado, se han conjurado los despidos de los trabajadores temporales de la educación y, sobre el tejido económico, sobrevuelan el miedo a los datos siempre al alza del IPC y a un otoño que, para muchos, huele a recesión.

Del mejor dato de las estadísticas de junio —fuertemente celebradas por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social—, España ha pasado a registrar el peor dato de julio. En las últimas semanas, el enfriamiento del mercado laboral se ha acelerado y la hasta ahora fortaleza contra la inflación ha sufrido los primeros impactos. España ha perdido 7.365 afiliados a la Seguridad Social, un retroceso modesto si no fuera porque nunca antes en julio había bajado la cifra de ocupados. Esta se mantiene sobre un total de 20,3 millones de trabajadores en activo, muy cerca del máximo histórico recientemente alcanzado, pero dejando la primera señal de un cambio de ciclo y con un otoño de destrucción de empleo.

Un total de 115.528 maestros, vigilantes de comedor, monitores y demás han puesto en la calle los centros educativos en julio, concentrándose ahí el grueso de la destrucción de empleo. En agricultura y construcción también se ha perdido empleo, aunque sustancialmente menos, y el Gobierno lo atribuye a las altas temperaturas de las últimas semanas.

Si el empleo suele subir en julio, el paro suele bajar, y este mes ni lo uno, ni lo otro. El desempleo subió poco, en 3.230 personas, pero subió, por primera vez en un julio desde 2008. El alza testimonial permitió al mercado laboral seguir por debajo de los tres millones de desempleados, concretamente cerró el mes en 2,8 millones de personas que buscan pero no encuentran trabajo. La tasa más alta de toda la Unión Europea, pese a haberse reducido en los dos últimos años en casi un millón de personas.

La sexta ola de COVID disparó el absentismo en el primer trimestre

En el primer trimestre del 2022 faltaron cada día a su puesto de trabajo 1.428.904 personas, de las cuales un total de 1.135.385 lo hicieron debido a razones médicas, según el último informe sobre absentismo laboral elaborado por Randstad Research. Las cifras revelan un crecimiento respecto al trimestre anterior del 20% y 27% respectivamente. Dos sectores concentran la mayoría de las ramas de actividad con menor nivel de absentismo: el de la información y el de actividades científicas y técnicas. La otra cara de la moneda la presentan los trabajadores del ámbito sanitario, más expuestos a las consecuencias de la variante ómicron del coronavirus y, por lo tanto, con niveles de absentismo muy por encima de la media nacional.

El absentismo amplio, es decir el que incluye tanto las ausencias injustificadas como las bajas laborales que se deben a una incapacidad temporal o a un motivo médico, ha provocado que se pierdan un 7,1% de las horas pactadas con la empresa, un 1,4% de forma injustificada.

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