Con un consumo de 16.000 kilovatios-hora anuales de gas, David García pagó en 2021 unos 1.500 euros de factura de gas al año. Tenía un contrato en el mercado libre. Hace unos meses le llegó una carta en la que la comercializadora le anunciaba una renovación de su tarifa que suponía elevar su precio hasta un total anual superior a los 4.000 euros. En el mercado regulado, con la conocida como Tarifa de Último Recurso (TUR) hubiera pagado unos 1.300 euros el año pasado, según el comparador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), mientras que la tarifa libre más barata en ese momento, de otra comercializadora distinta, era de 2.400 euros.

El caso de David García no es aislado. El precio del kilovatio-hora (kWh) se encarece entre un 95% y un 291% en las ofertas del mercado libre frente a la tarifa regulada, según el último estudio realizado por Facua-Consumidores en Acción. Esta organización de consumidores ha realizado un análisis a partir de ofertas del mercado libre de Endesa, Naturgy, Iberdrola, Repsol, CHC Energía y Total Energies, analizadas el 8 de agosto, y las compara con la tarifa regulada vigente desde el 1 de julio.

En el gas natural hay tres ofertas distintas, en función del consumo del usuario. Si consume menos de 5.000 kWh al año, si demanda entre esa cantidad y 15.000 kWh o una cifra superior. La comparativa de Facua toma como referencia los dos primeros perfiles. Según Facua, con la tarifa regulada, un usuario que consume 400 kWh mensuales paga actualmente 35,92 euros al mes. En el mercado libre, su factura se sitúa entre 63,85 euros y 121,65 euros, entre el doble y cuatro veces más. Para un perfil de usuario con un consumo de 800 kWh mensuales, con la TUR que le corresponde -la que se aplica a consumo entre 5.000 y 15.000 kWh al año- paga una factura de 67,76 euros al mes. En el mercado libre, puede llegar a pagar entre 123,60 euros (un 82% más) y 251,10 euros (270% más).

La diferencia entre mercado libre y regulado de gas es la misma que en el caso de la factura de la luz. La tarifa libre es variable y depende del contrato que firmen las comercializadoras de gas con los usuarios, mientras que la regulada se rige por las reglas que fija el Gobierno, quien la revisa cada tres meses (a principios de enero, abril, julio y octubre), en función de la evolución del precio del gas en los mercados internacionales. Desde septiembre del año pasado, para evitar un incremento desorbitado del precio tras la guerra de Ucrania que ha disparado el coste de esta materia prima, el Ejecutivo estableció que sólo se repercutirá un máximo del 15% de este coste en las revisiones trimestrales hasta finales de este año. Es decir, ha limitado el incremento de los usuarios que tengan estas tarifas. Mientras que en el caso del mercado libre, las comercializadoras deben elevar sus márgenes para cubrirse ante un más que posible encarecimiento de la cotización del gas a nivel internacional este invierno.

Pese a esta divergencia de precios, del total de 7,9 millones de clientes de gas natural en España, el 81% tienen una tarifa en el mercado libre, según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que incluye datos del último trimestre de 2021. De hecho, en esos tres últimos meses del año pasado, el mercado regulado perdió 23.493 clientes, mientras el libre ganó 20.384 usuarios.

Uno de los principales problemas en España es que muchos consumidores desconocen cuál es su tarifa y a qué mercado corresponde cada empresa. Las denominadas comercializadoras de referencia, tanto para luz como para gas, son solo cuatro, pero pertenecen a los grandes grupos empresariales que también poseen comercializadoras en el mercado libre y, de ahí, muchas veces la confusión, según ha venido insistiendo durante años la CNMC. Las comercializadoras reguladas son Baser (del grupo EDP), Energía XXI (del grupo Endesa), Comercializadora Regulada Gas & Power (del grupo Naturgy) y Cur Energía Último Recurso (del grupo Iberdrola).